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Isaac tipo de Cristo
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La promesa del descendiente (producto de una promesa)
- Isaac
Tiempo después, el Señor le habló a Abram en una visión y le dijo: —No temas, Abram, porque yo te protegeré, y tu recompensa será grande. 2 Abram le respondió: —Oh Señor Soberano, ¿de qué sirven todas tus bendiciones si ni siquiera tengo un hijo? Ya que tú no me has dado hijos, Eliezer de Damasco, un siervo de los de mi casa, heredará toda mi riqueza. 3 Tú no me has dado descendientes propios, así que uno de mis siervos será mi heredero. 4 Después el Señor le dijo: —No, tu siervo no será tu heredero, porque tendrás un hijo propio, quien será tu heredero. 5 Entonces el Señor llevó a Abram afuera y le dijo: —Mira al cielo y, si puedes, cuenta las estrellas. ¡Esa es la cantidad de descendientes que tendrás! 6 Y Abram creyó al Señor, y el Señor lo consideró justo debido a su fe. (Gn.15:1-6) - Jesús
Entonces el Señor Dios le dijo a la serpiente: «Por lo que has hecho, eres maldita más que todos los animales, tanto domésticos como salvajes. Andarás sobre tu vientre, arrastrándote por el polvo durante toda tu vida. 15 Y pondré hostilidad entre tú y la mujer, y entre tu descendencia y la descendencia de ella. Su descendiente te golpeará la cabeza, y tú le golpearás el talón». (Gn.3:14-15)
- Isaac
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Si no hubiera venido el descendiente su linaje hubiera terminado en muerte
- Gracias a él el linaje de Abraham pudo vivir
Abram le respondió: —Oh Señor Soberano, ¿de qué sirven todas tus bendiciones si ni siquiera tengo un hijo? Ya que tú no me has dado hijos, Eliezer de Damasco, un siervo de los de mi casa, heredará toda mi riqueza. (Gn.3:14-15). - Gracias a él el linaje del ser humano pudo vivir
Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo (He.2:14)// Porque convenía que Dios, por quien todas las cosas existen y subsisten, perfeccionara mediante el sufrimiento al autor de la salvación de ellos, a fin de llevar muchos hijos a la gloria. (He.2:10)
- Gracias a él el linaje de Abraham pudo vivir
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De nacimiento milagroso
(por medio de mujeres que no podían tener hijos de forma natural)
- Isaac de una mujer estéril
Su fe no se debilitó, aunque reconocía que su cuerpo estaba como muerto, pues ya tenía unos cien años, y que también estaba muerta la matriz de Sara. (Ro.4:19) - Jesús de una mujer virgen
«La virgen concebirá y dará a luz un hijo y lo llamarán Emanuel» (que significa «Dios con nosotros»). (Mt.1:23; Is.7:14)
- Isaac de una mujer estéril
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Sus madres se asombraron de la noticia
- Sara
—¿Dónde está Sara, tu esposa?—preguntaron los visitantes. —Está dentro de la carpa—contestó Abraham. 10 Entonces uno de ellos dijo: —Yo volveré a verte dentro de un año, ¡y tu esposa, Sara, tendrá un hijo! Sara escuchaba la conversación desde la carpa. 11 Abraham y Sara eran muy ancianos en ese tiempo, y hacía mucho que Sara había pasado la edad de tener hijos. 12 Así que se rio en silencio dentro de sí misma, y dijo: «¿Cómo podría una mujer acabada como yo disfrutar semejante placer, sobre todo cuando mi señor—mi esposo—también es muy viejo?». (Gn.18:9-12) - María
Confusa y perturbada, María trató de pensar lo que el ángel quería decir. 30 —No tengas miedo, María—le dijo el ángel—, ¡porque has hallado el favor de Dios! 31 Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. 32 Él será muy grande y lo llamarán Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de su antepasado David. 33 Y reinará sobre Israel para siempre; ¡su reino no tendrá fin! 34 —¿Pero cómo podrá suceder esto?—le preguntó María al ángel—. Soy virgen. (Lc.1:34)
- Sara
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Por creer en las buenas noticias de su venida, fue declarado Justo
- Isaac:
Tú no me has dado descendientes propios, así que uno de mis siervos será mi heredero. 4 Después el Señor le dijo: —No, tu siervo no será tu heredero, porque tendrás un hijo propio, quien será tu heredero. 5 Entonces el Señor llevó a Abram afuera y le dijo: —Mira al cielo y, si puedes, cuenta las estrellas. ¡Esa es la cantidad de descendientes que tendrás! 6 Y Abram creyó al Señor, y el Señor lo consideró justo debido a su fe. (Gn.15:3-6) - Jesús:
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo (Ro.5:1) // Dios hizo todo eso para demostrar su justicia, porque él mismo es justo e imparcial, y a los pecadores los hace justos a sus ojos cuando creen en Jesús.(Ro.3:26)
- Isaac:
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Perseguido por el hijo de la esclava
- Isaac
Cuando Isaac creció y estaba a punto de ser destetado, Abraham preparó una gran fiesta para celebrar la ocasión. 9 Pero Sara vio que Ismael—el hijo de Abraham y de su sierva egipcia Agar—se burlaba de su hijo Isaac. 10 Entonces ella se dirigió a Abraham y le exigió: «Echa fuera a esa esclava y a su hijo. Él no compartirá la herencia con mi hijo Isaac. ¡No lo permitiré!». (Gn.21:8-10) // Ismael—el hijo que nació del esfuerzo humano—persiguió a Isaac (Ga.4:29) - Jesús
Entonces los líderes judíos se esforzaron aún más por encontrar una forma de matarlo. Pues no solo violaba el día de descanso sino que, además, decía que Dios era su Padre, con lo cual se hacía igual a Dios. (Jn.5:18) // Las Escrituras dicen que Abraham tuvo dos hijos, uno de la mujer esclava y el otro de su esposa, quien había nacido libre. 23 El nacimiento del hijo de la esclava fue el resultado de un intento humano por lograr que se cumpliera la promesa de Dios; pero el nacimiento del hijo de la libre fue la manera en que Dios cumplió su promesa. 24 Esas dos mujeres son una ilustración de los dos pactos de Dios. La primera mujer, Agar, representa el monte Sinaí, donde el pueblo recibió la ley que los hizo esclavos. 25 Y ahora Jerusalén es igual que el monte Sinaí, en Arabia, porque la ciudad y sus hijos viven bajo la esclavitud de la ley; 26 pero la otra mujer, Sara, representa la Jerusalén celestial. Ella es la mujer libre y es nuestra madre. 27 Como dijo Isaías: «¡Alégrate, oh mujer sin hijos, tú que nunca diste a luz! ¡Ponte a gritar de alegría, tú que nunca tuviste dolores de parto! ¡Pues la mujer desolada ahora tiene más hijos que la que vive con su esposo!». 28 Y ustedes, amados hermanos, son hijos de la promesa igual que Isaac; 29 pero ahora son perseguidos por los que quieren que cumplan la ley, tal como Ismael—el hijo que nació del esfuerzo humano— persiguió a Isaac, el hijo que nació por el poder del Espíritu. 30 ¿Pero qué dicen las Escrituras al respecto? «Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque el hijo de la mujer esclava no compartirá la herencia del hijo de la mujer libre» (Ga.4:22-30)
- Isaac
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De él vendrían todos los descendientes
- Isaac
«Isaac es el hijo mediante el cual procederán tus descendientes» (Gn.21:2, He.11:18) - Jesús
Porque convenía que Dios, por quien todas las cosas existen y subsisten, perfeccionara mediante el sufrimiento al autor de la salvación de ellos, a fin de llevar muchos hijos a la gloria. (He.2:10)
- Isaac
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Ofrecido como un sacrificio realizado por el Padre
La intención de Dios para con Abraham nunca fue que matara a su hijo, sino realizar un acto que nos enseñaría lo que Dios haría después por medio de Jesús. No fue como Dios se arrepintió a ultima hora y le dijo que “siempre no”. Dios tenía pensado desde el inicio dar la orden que no sacrificara a su hijo. Pero dictó la orden de sacrificar a su hijo para pintar este acto profético y para probar el corazón de Abraham.
- Isaac
- Tiempo después, Dios probó la fe de Abraham. —¡Abraham!—lo llamó Dios. —Sí—respondió él—, aquí estoy. 2 —Toma a tu hijo, tu único hijo—sí, a Isaac, a quien tanto amas—y vete a la tierra de Moriah. Allí lo sacrificarás como ofrenda quemada sobre uno de los montes, uno que yo te mostraré. 3 A la mañana siguiente, Abraham se levantó temprano. Ensilló su burro y llevó con él a dos de sus siervos, junto con su hijo Isaac. Después cortó leña para el fuego de la ofrenda y salió hacia el lugar que Dios le había indicado. 4 Al tercer día de viaje, Abraham levantó la vista y vio el lugar a la distancia. 5 «Quédense aquí con el burro—dijo Abraham a los siervos—. El muchacho y yo seguiremos un poco más adelante. Allí adoraremos y volveremos enseguida». 6 Entonces Abraham puso la leña para la ofrenda sobre los hombros de Isaac, mientras que él llevó el fuego y el cuchillo. Mientras caminaban juntos, 7 Isaac se dio vuelta y le dijo a Abraham: —¿Padre? —Sí, hijo mío—contestó Abraham. —Tenemos el fuego y la leña—dijo el muchacho—, ¿pero dónde está el cordero para la ofrenda quemada? 8 —Dios proveerá un cordero para la ofrenda quemada, hijo mío—contestó Abraham. Así que ambos siguieron caminando juntos. 9 Cuando llegaron al lugar indicado por Dios, Abraham construyó un altar y colocó la leña encima. Luego ató a su hijo Isaac, y lo puso sobre el altar, encima de la leña. 10 Y Abraham tomó el cuchillo para matar a su hijo en sacrificio. 11 En ese momento, el ángel del Señor lo llamó desde el cielo: —¡Abraham! ¡Abraham! —Sí—respondió Abraham—, ¡aquí estoy! 12 —¡No pongas tu mano sobre el muchacho!—dijo el ángel—. No le hagas ningún daño, porque ahora sé que de verdad temes a Dios. No me has negado ni siquiera a tu hijo, tu único hijo. 13 Entonces Abraham levantó los ojos y vio un carnero que estaba enredado por los cuernos en un matorral. Así que tomó el carnero y lo sacrificó como ofrenda quemada en lugar de su hijo. 14 Abraham llamó a aquel lugar Yahveh-jireh (que significa «el Señor proveerá»). Hasta el día de hoy, la gente todavía usa ese nombre como proverbio: «En el monte del Señor será provisto». 15 Luego el ángel del Señor volvió a llamar a Abraham desde el cielo. 16 —El Señor dice: Ya que me has obedecido y no me has negado ni siquiera a tu hijo, tu único hijo, juro por mi nombre que 17 ciertamente te bendeciré. Multiplicaré tu descendencia hasta que sea incontable, como las estrellas del cielo y la arena a la orilla del mar. Tus descendientes conquistarán las ciudades de sus enemigos; 18 y mediante tu descendencia, todas las naciones de la tierra serán bendecidas. Todo eso, porque me has obedecido. (Gn.22:1-8)
- Jesús
- “tu único hijo” (unigénito)
- Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. (Jn.3:16)
- “A quien tanto amas”
- Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia. (Mt.3:17)
- “Lo sacrificarás como ofrenda”
- Pues Dios ofreció a Jesús como el sacrificio por el pecado. (Ro.3:25) // Pues Dios hizo que Cristo, quien nunca pecó, fuera la ofrenda por nuestro pecado, para que nosotros pudiéramos estar en una relación correcta con Dios por medio de Cristo.(2Co.5:21) // Por eso, cuando Cristo vino al mundo, le dijo a Dios: «No quisiste sacrificios de animales ni ofrendas por el pecado. Pero me has dado un cuerpo para ofrecer. 6 No te agradaron las ofrendas quemadas ni otras ofrendas por el pecado. 7 Luego dije: “Aquí estoy, oh Dios; he venido a hacer tu voluntad como está escrito acerca de mí en las Escrituras”»… Pues la voluntad de Dios fue que el sacrificio del cuerpo de Jesucristo nos hiciera santos, una vez y para siempre.(He.10:5-7,10) // Pues Dios hizo que Cristo, quien nunca pecó, fuera la ofrenda por nuestro pecado, para que nosotros pudiéramos estar en una relación correcta con Dios por medio de Cristo. (2Co.5:21)
- “En la tierra de Moriah”
- Jerusalén:
Salomón comenzó a construir el templo del Señor en Jerusalén en el monte Moriah, donde el Señor se le había aparecido a David, su padre. El templo se construyó en el campo de trillar de Arauna el jebuseo; el sitio que David había elegido. (2Cr.3:1) - Monte Gólgota (lugar de la calavera o, en arameo: “gol go a tha” significaría “monte de ejecución”)
¿Dónde se encuentra hoy el Gólgota o el lugar de la calavera? El Gólgota se encuentra justo fuera de los muros de Jerusalén, a no más de 700 m del lugar donde el rey Salomón construyó el primer templo judío. Según la tradición judía, Salomón construyó el templo en el monte Moriah, en conmemoración del lugar exacto donde Abraham tendió a Isaac sobre el altar del sacrificio (Génesis 22: 1-19). El monte Moriah, el templo de Salomón, el lugar del sacrificio de Isaac y el Gólgota son todos el mismo lugar. Todos marcan el lugar donde Dios se comprometió a cumplir las promesas del pacto con Abraham. (cita)
- Jerusalén:
- “Tiempo después” (cuando Isaac tenía unos 33 años)
- Para probar la fe de Abraham, Dios le ordenó en cierta ocasión que sacrificara a su hijo prometido, Isaac. La Biblia no especifica qué edad tenía Isaac cuando él y su padre hicieron el viaje a Moriah para el sacrificio. Debido al silencio de las Escrituras al respecto, debemos concluir que saber la edad de Isaac no afecta nuestra comprensión del pasaje ni nuestra comprensión de la lección que Dios quiere que aprendamos. Pero, para ayudar a satisfacer la curiosidad, podemos obtener algunas pistas de la edad de Isaac del texto.
Una pista es Génesis 22:7, donde Isaac nota la leña y el fuego pero, al no ver ningún animal, le pregunta a Abraham al respecto. Esto implica que Isaac es al menos lo suficientemente mayor como para saber cuál es el proceso de sacrificio adecuado y lo suficientemente perceptivo como para preguntarle a su padre al respecto. Sin embargo, esto no nos dice demasiado sobre su edad, ya que es posible que incluso un niño pequeño pudiera haberlo notado.
La cronología de la vida de Sara sugiere algunos límites. Sara dio a luz a Isaac cuando tenía 90 años (Génesis 17:17). Sara despidió a Ismael (en algún momento antes del incidente de Moriah) después de que Isaac fue “destetado” (Génesis 21:8-10). Por lo general, el destete se producía entre los 2 y los 5 años de edad. Sara murió (en algún momento después del incidente de Moriah) a la edad de 127 años. Esto significa que Isaac tenía más de 4 o 5 años y menos de 36 o 37 cuando fue ofrecido como sacrificio. Las frases mucho tiempo en Génesis 21:34 y algún tiempo después en Génesis 22:1 sugieren que transcurrió una cantidad sustancial de tiempo entre el nacimiento de Isaac y el viaje a Moriah. Por lo tanto, Isaac ciertamente no era un hombre mayor cuando iba a ser ofrecido como sacrificio, pero tampoco era un niño pequeño.
Otra pista sobre la edad de Isaac proviene de Génesis 22:2, donde se le dice a Abraham que viaje a Moriah, un viaje de tres o cuatro días. La distancia que debía recorrer sin duda sugiere que Isaac tenía la edad suficiente para cuidar de sí mismo y ayudar a cuidar de su padre, que tenía más de cien años, en un viaje de esa magnitud.
El término niño o muchacho que se usa para referirse a Isaac (Génesis 22:5, 12) es la traducción de un término hebreo flexible que no necesariamente se refiere a un niño pequeño. Más bien, el término abarca una amplia gama de significados: desde un bebé (p. ej., Éxodo 2:6; 2 Samuel 12:16) hasta un hombre joven (p. ej., Absalón en 2 Samuel 14:21; 18:5). Incluso puede referirse a un “mayordomo” o “sirviente” (p. ej., 2 Samuel 16:1), así como a un “oficial subalterno” (1 Reyes 20:14, 15, 17, 19). En Génesis 22:5, los siervos que acompañaban a Abraham e Isaac son llamados “jóvenes” (Génesis 22:3, 5, 19, NVI). La palabra traducida “jóvenes” es la misma que se aplica a Isaac en los versículos 5 y 12.
Probablemente la pista más útil para saber cuántos años tenía Isaac es Génesis 22:6. Mientras suben la montaña, Isaac es el que lleva la gran pila de leña. La leña suficiente para un holocausto habría sido bastante pesada. Este hecho nos dice que Isaac no era un niño pequeño cuando iba a ser sacrificado; era al menos un adolescente saludable. La edad de Isaac también añade una dimensión interesante a la historia. Si era lo suficientemente fuerte para llevar la leña hasta la montaña, entonces probablemente era lo suficientemente fuerte para resistirse a ser sacrificado y defenderse de Abraham si hubiera querido. El hecho de que Isaac se dejara atar y colocar sobre el altar (versículo 9) muestra que Isaac seguía confiando en su padre.
Varios comentaristas han opinado sobre la cuestión de qué edad tenía Isaac cuando iba a ser sacrificado: entre 18 y 20 años (Leupold, 1:625); 25 años (Josefo, 1.13.2); alrededor de 33 años (Adam Clarke, 1:140); y más de 20 años (Jamieson, Fausset y Brown, p. 29).
Teniendo en cuenta todas las pruebas, podemos decir con seguridad que Isaac era un hombre joven, no un niño, cuando Abraham intentó sacrificarlo en el monte Moriah. (cita)
- Para probar la fe de Abraham, Dios le ordenó en cierta ocasión que sacrificara a su hijo prometido, Isaac. La Biblia no especifica qué edad tenía Isaac cuando él y su padre hicieron el viaje a Moriah para el sacrificio. Debido al silencio de las Escrituras al respecto, debemos concluir que saber la edad de Isaac no afecta nuestra comprensión del pasaje ni nuestra comprensión de la lección que Dios quiere que aprendamos. Pero, para ayudar a satisfacer la curiosidad, podemos obtener algunas pistas de la edad de Isaac del texto.
- “Dos de sus siervos”
- Entonces crucificaron con él a dos ladrones, uno a la derecha, y otro a la izquierda. (Mt.27:38)
- “¿pero dónde está el cordero para la ofrenda quemada?”
- «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» (Mt.27:46)
- “Puso la leña sobre sus hombros”
- Así que se llevaron a Jesús. 17 Él, cargando su propia cruz, fue al sitio llamado Lugar de la Calavera (en hebreo, Gólgota). (Jn.19:16-17)
- “En el monte del Señor será provisto”
- En el monte del Señor será provista nuestra redención
- “No le hagas ningún daño” = resurrección
- Fue por la fe que Abraham ofreció a Isaac en sacrificio cuando Dios lo puso a prueba. Abraham, quien había recibido las promesas de Dios, estuvo dispuesto a sacrificar a su único hijo, Isaac, 18 aun cuando Dios le había dicho: «Isaac es el hijo mediante el cual procederán tus descendientes». 19 Abraham llegó a la conclusión de que si Isaac moría, Dios tenía el poder para volverlo a la vida; y en cierto sentido, Abraham recibió de vuelta a su hijo de entre los muertos. (He.11:17-19)
- Pero Dios lo levantó, liberándolo de los lazos de la muerte, porque era imposible que la muerte lo venciera. (Hch.2:24)
- “Ya que me has obedecido”
- Él se adelantó un poco más y se inclinó rostro en tierra mientras oraba: «¡Padre mío! Si es posible, que pase de mí esta copa de sufrimiento. Sin embargo, quiero que se haga tu voluntad, no la mía». (Mt.26:39)
- Pero Jesús le dijo a Pedro: «Regresa la espada a su vaina. ¿Acaso no he de beber la copa que el Padre me ha dado?» (Jn.18:11)
- «No quisiste sacrificios de animales ni ofrendas por el pecado. Pero me has dado un cuerpo para ofrecer.
6 No te agradaron las ofrendas quemadas ni otras ofrendas por el pecado. 7 Luego dije: “Aquí estoy, oh Dios; he venido a hacer tu voluntad como está escrito acerca de mí en las Escrituras”» (He.10:5-7)
- Multiplicaré tu descendencia hasta que sea incontable
- Sin embargo, cuando su vida sea entregada en ofrenda por el pecado, tendrá muchos descendientes. (Is.53:10)
- Después de esto vi una enorme multitud de todo pueblo y toda nación, tribu y lengua, que era tan numerosa que nadie podía contarla. Estaban de pie delante del trono y delante del Cordero. Vestían túnicas blancas y tenían en sus manos ramas de palmeras. 10 Y gritaban con gran estruendo: «¡La salvación viene de nuestro Dios que está sentado en el trono y del Cordero!». (Ap.7:9-10)
- Tus descendientes conquistarán las ciudades de sus enemigos
- Después de eso, vendrá el fin, cuando él le entregará el reino a Dios el Padre, luego de destruir a todo gobernante y poder y toda autoridad. 25 Pues Cristo tiene que reinar hasta que humille a todos sus enemigos debajo de sus pies. 26 Y el último enemigo que será destruido es la muerte. (1Co.15:24-26)
- A todos los que salgan vencedores y me obedezcan hasta el final: Les daré autoridad sobre todas las naciones. 27 Gobernarán las naciones con vara de hierro y las harán pedazos como si fueran ollas de barro. 28 Tendrán la misma autoridad que yo recibí de mi Padre. (Ap.2:26-28)
- Mediante tu descendencia, todas las naciones de la tierra serán bendecidas
- Todos [en el mundo] vivirán en paz y prosperidad; disfrutarán de sus propias vides e higueras porque no habrá nada que temer. ¡El Señor de los Ejércitos Celestiales ha hecho esta promesa! (Mi.4:3-4)
- Después de este acto Isaac desaparece y no lo volvemos a ver sino hasta su boda
- “tu único hijo” (unigénito)
- Isaac
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Desposado a distancia con la ayuda del siervo
- Isaac:
- Abraham ya era un hombre muy anciano, y el Señor lo había bendecido en todo. 2 Cierto día Abraham le dijo a su siervo más antiguo, el hombre que estaba a cargo de su casa: —Haz un juramento poniendo tu mano debajo de mi muslo. 3 Jura por el Señor, Dios del cielo y de la tierra, que no dejarás que mi hijo se case con una de esas mujeres cananeas. 4 En cambio, vuelve a mi tierra natal, donde están mis parientes, y encuentra allí una esposa para mi hijo Isaac. 5 El siervo preguntó: —¿Pero qué pasaría si no puedo encontrar una joven que esté dispuesta a viajar tan lejos de su casa? ¿Debería, entonces, llevar allí a Isaac para que viva entre sus parientes, en la tierra de donde usted proviene? 6 —¡No!—contestó Abraham—. Procura no llevar nunca a mi hijo allí. 7 Pues el Señor, Dios del cielo, quien me sacó de la casa de mi padre y de mi tierra natal, prometió solemnemente dar esta tierra a mis descendientes. Él enviará a su ángel delante de ti y se encargará de que encuentres allí una esposa para mi hijo. 8 Si ella no está dispuesta a regresar contigo, entonces quedarás libre de este juramento que haces conmigo; pero bajo ninguna circunstancia, llevarás a mi hijo allí. 9 Entonces el siervo hizo un juramento poniendo su mano debajo del muslo de su señor, Abraham, y juró seguir sus instrucciones. 10 Después tomó diez de los camellos de Abraham y los cargó con toda clase de regalos valiosos de parte de su señor, y viajó hasta la lejana tierra de Aram-naharaim. Una vez allí, se dirigió a la ciudad donde se había establecido Nacor, hermano de Abraham. 11 Hizo que los camellos se arrodillaran junto a un pozo justo a las afueras de la ciudad. Era la caída de la tarde, y las mujeres salían a sacar agua. 12 «Oh Señor, Dios de mi amo, Abraham—oró—. Te ruego que hoy me des éxito y muestres amor inagotable a mi amo, Abraham. 13 Aquí me encuentro junto a este manantial, y las jóvenes de la ciudad vienen a sacar agua. 14 Mi petición es la siguiente: yo le diré a una de ellas: “Por favor, deme de beber de su cántaro”; si ella dice: “Sí, beba usted, ¡y también daré de beber a sus camellos!”, que sea ella la que has elegido como esposa para Isaac. De esa forma sabré que has mostrado amor inagotable a mi amo». 15 Entonces, antes de terminar su oración, vio a una joven llamada Rebeca, que salía con su cántaro al hombro. Ella era hija de Betuel, quien era hijo de Nacor—hermano de Abraham—y de Milca, su esposa. 16 Rebeca era muy hermosa y tenía edad suficiente para estar casada, pero aún era virgen. Ella descendió hasta el manantial, llenó su cántaro y volvió a subir. 17 Entonces el siervo corrió hasta alcanzarla y le dijo: —Por favor, deme de beber un poco de agua de su cántaro. 18 —Sí, mi señor, beba—respondió ella. Enseguida bajó su cántaro del hombro y le dio de beber. 19 Después de darle de beber, dijo: —También sacaré agua para sus camellos y les daré de beber hasta que se sacien. 20 Así que, de inmediato, vació su cántaro en el bebedero y volvió corriendo al pozo a sacar agua para todos los camellos. 21 El siervo la observaba en silencio mientras se preguntaba si el Señor le había dado éxito en la misión. 22 Cuando los camellos terminaron de beber, sacó un anillo de oro para la nariz de la muchacha y dos pulseras grandes de oro para sus muñecas. 23 —¿De quién es hija usted?—le preguntó—, y dígame, por favor, ¿tendría su padre algún lugar para hospedarnos esta noche? 24 —Soy hija de Betuel—contestó ella—, y mis abuelos son Nacor y Milca. 25 Sí, tenemos más que suficiente paja y alimento para los camellos, y también tenemos lugar para huéspedes. 26 El hombre se inclinó hasta el suelo y adoró al Señor. 27 —Alabado sea el Señor, Dios de mi amo, Abraham—dijo—. El Señor ha mostrado amor inagotable y fidelidad a mi amo, porque me ha guiado directamente a los parientes de mi señor. 28 La joven corrió a su casa para contarle a su familia todo lo que había ocurrido. 29 Rebeca tenía un hermano llamado Labán, el cual salió corriendo al manantial para encontrarse con el hombre. 30 Había visto el anillo en la nariz de su hermana y las pulseras en sus muñecas, y había oído a Rebeca contar lo que el hombre le había dicho. Así que corrió hasta llegar al manantial, donde el hombre aún estaba parado al lado de sus camellos. 31 Entonces Labán le dijo: «¡Ven y quédate con nosotros, hombre bendecido por el Señor! ¿Por qué estás aquí, fuera de la ciudad, cuando yo tengo un cuarto preparado para ti y un lugar para los camellos?». 32 Entonces el hombre fue con Labán a su casa, y Labán descargó los camellos, y para que se tendieran les proveyó paja, los alimentó, y también trajo agua para que el hombre y los camelleros se lavaran los pies. 33 Luego sirvieron la comida, pero el siervo de Abraham dijo: —No quiero comer hasta que les haya dicho la razón por la que vine. —Muy bien—respondió Labán—, dinos. 34 —Yo soy siervo de Abraham—explicó—. 35 Y el Señor ha bendecido mucho a mi amo; y él se ha enriquecido. El Señor le ha dado rebaños de ovejas y cabras, manadas de ganado, una fortuna en plata y en oro, y muchos siervos y siervas, camellos y burros. 36 »Cuando Sara, la esposa de mi amo, era ya muy anciana, le dio un hijo a mi amo, y mi amo le ha dado a él todo lo que posee. 37 Mi amo me hizo jurar, y me dijo: “No dejes que mi hijo se case con una de esas mujeres cananeas. 38 En cambio, vuelve a la casa de mi padre, a mis parientes, y encuentra allí una esposa para mi hijo”. 39 »Pero yo le dije a mi amo: “¿Y si no encuentro una joven que esté dispuesta a regresar conmigo?”. 40 Y él contestó: “El Señor, en cuya presencia he vivido, enviará a su ángel contigo y hará que tu misión tenga éxito. Es verdad, debes encontrar una esposa para mi hijo entre mis parientes, en la familia de mi padre. 41 Entonces habrás cumplido tu obligación; pero si vas a mis parientes y ellos se niegan a dejarla ir contigo, quedarás libre de mi juramento”. 42 »Así que cuando llegué al manantial, hice esta oración: “Oh Señor, Dios de mi amo, Abraham, te ruego que me des éxito en esta misión. 43 Mira, aquí estoy, parado junto a este manantial, y esta es mi petición: cuando venga una joven a sacar agua, yo le diré: ‘Por favor, deme de beber un poco de agua de su cántaro’; 44 si ella dice: ‘Sí, beba usted, y también sacaré agua para sus camellos’, que sea ella la que has elegido para ser la esposa del hijo de mi amo”. 45 »Antes de terminar de orar en mi corazón, vi a Rebeca saliendo con un cántaro de agua al hombro. Ella descendió hasta el manantial y sacó agua. Entonces yo le dije: “Por favor, deme de beber”. 46 Enseguida ella bajó el cántaro del hombro y dijo: “Sí, beba usted, ¡y también daré de beber a sus camellos!”. Así que bebí, y después ella dio de beber a los camellos. 47 »Entonces le pregunté: “¿De quién es hija usted?”, y ella contestó: “Soy hija de Betuel, y mis abuelos son Nacor y Milca”. Así que puse el anillo en su nariz y las pulseras en sus muñecas. 48 »Después me incliné hasta el suelo y adoré al Señor. Alabé al Señor, Dios de mi amo, Abraham, porque me había guiado directamente a la sobrina de mi amo, para que ella sea la esposa de su hijo. 49 Así que díganme: ¿quieren o no mostrar amor inagotable y fidelidad a mi amo? Por favor, respóndanme “sí” o “no”, y de esa manera sabré qué hacer después. 50 Entonces Betuel y Labán respondieron: —Es evidente que el Señor te trajo hasta aquí, así que no hay nada que podamos decir. 51 Aquí está Rebeca; tómala y vete. Efectivamente, que ella sea la esposa del hijo de tu amo, tal como el Señor lo ha dispuesto. 52 Cuando el siervo de Abraham oyó la respuesta, se postró hasta el suelo y adoró al Señor. 53 Después sacó joyas de plata y de oro, y vestidos, y se los dio a Rebeca. También entregó valiosos regalos a su hermano y a su madre. 54 Luego comieron, y el siervo y los hombres que lo acompañaban pasaron allí la noche. Pero temprano a la mañana siguiente, el siervo de Abraham dijo: —Envíenme de regreso a mi amo. 55 —Queremos que Rebeca se quede con nosotros al menos diez días—dijeron su madre y su hermano—, y luego podrá irse. 56 Pero él dijo: —No me retrasen. El Señor hizo que mi misión tuviera éxito; ahora envíenme, para que pueda regresar a la casa de mi amo. 57 —Bien—dijeron ellos—, llamaremos a Rebeca y le preguntaremos qué le parece a ella. 58 Entonces llamaron a Rebeca. —¿Estás dispuesta a irte con este hombre?—le preguntaron. —Sí—contestó—, iré. 59 Entonces se despidieron de Rebeca y la enviaron con el siervo de Abraham y sus hombres. La mujer que había sido niñera de Rebeca la acompañó. 60 Cuando Rebeca partía le dieron la siguiente bendición: «Hermana nuestra, ¡que llegues a ser la madre de muchos millones! Que tus descendientes sean fuertes y conquisten las ciudades de sus enemigos». 61 Después Rebeca y sus siervas montaron en los camellos y siguieron al hombre. Así que el siervo de Abraham se llevó a Rebeca y emprendió el viaje. 62 Mientras tanto, Isaac, que vivía en el Neguev, había regresado de Beer-lajai-roi. 63 Una tarde, mientras caminaba por los campos y meditaba, levantó la vista y vio que se acercaban los camellos. 64 Cuando Rebeca levantó la vista y vio a Isaac, se bajó enseguida del camello. 65 —¿Quién es ese hombre que viene a nuestro encuentro caminando por los campos?—preguntó al siervo. Y él contestó: —Es mi amo. Entonces Rebeca se cubrió el rostro con el velo, 66 y el siervo le contó a Isaac todo lo que había hecho. 67 Luego Isaac la llevó a la carpa de Sara, su madre, y Rebeca fue su esposa. Él la amó profundamente, y ella fue para él un consuelo especial después de la muerte de su madre. (Gn.24:1-67)
- Jesús
- El siervo tipo de sus siervos asistidos por el Espíritu Santo
- Espero que toleren un poco más de mis «tonterías». Por favor, ténganme paciencia; 2 pues los celo, con el celo de Dios mismo. Los prometí como una novia pura a su único esposo: Cristo. (2Co.11:1-2)
- Juramentado a buscarle una esposa
- Sin embargo, predicar la Buena Noticia no es algo de lo que pueda jactarme. Estoy obligado por Dios a hacerlo. ¡Qué terrible sería para mí si no predicara la Buena Noticia! 17 Si lo hiciera por mi propia iniciativa, merecería que me paguen; pero no tengo opción, porque Dios me ha encomendado este deber sagrado. (1Co.9:16-17)
- Entre mis parientes = de la familia
- Jesús preguntó: «¿Quién es mi madre? ¿Quiénes son mis hermanos?». 49 Luego señaló a sus discípulos y dijo: «Miren, estos son mi madre y mis hermanos. 50 Pues todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo es mi hermano y mi hermana y mi madre». (Mt.12:48-50)
- La esposa es la que recibía al siervo
- El día de descanso nos alejamos un poco de la ciudad y fuimos a la orilla de un río, donde pensamos que la gente se reuniría para orar, y nos sentamos a hablar con unas mujeres que se habían congregado allí. 14 Una de ellas era Lidia, de la ciudad de Tiatira, una comerciante de tela púrpura muy costosa, quien adoraba a Dios. Mientras nos escuchaba, el Señor abrió su corazón y aceptó lo que Pablo decía. 15 Ella y los de su casa fueron bautizados, y nos invitó a que fuéramos sus huéspedes. «Si ustedes reconocen que soy una verdadera creyente en el Señor—dijo ella—, vengan a quedarse en mi casa». Y nos insistió hasta que aceptamos. (Hch.16:13-15)
- Desposados a distancia
Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo. (2Co.11:2)- es posible casarse por poderes a distancia y, al modelo de Rebeca e Isaac, solo se necesita la presencia de una de los cónyuges y el apoderado (en el caso de Rebeca, el siervo de Abraham fungió como apoderado).
- Entrega regalos costosos
- Y ahora ustedes, los gentiles, también han oído la verdad, la Buena Noticia de que Dios los salva. Además, cuando creyeron en Cristo, Dios los identificó como suyos al darles el Espíritu Santo, el cual había prometido tiempo atrás. 14 El Espíritu es la garantía que tenemos de parte de Dios de que nos dará la herencia que nos prometió y de que nos ha comprado para que seamos su pueblo. Dios hizo todo esto para que nosotros le diéramos gloria y alabanza. (Ef.1:13-14)
- No obstante, él nos ha dado a cada uno de nosotros un don especial mediante la generosidad de Cristo. 8 Por eso las Escrituras dicen: «Cuando ascendió a las alturas, se llevó a una multitud de cautivos y dio dones a su pueblo». (Ef.4:7-8)
- No hemos visto al novio
- Ustedes aman a Jesucristo a pesar de que nunca lo han visto. Aunque ahora no lo ven, confían en él y se gozan con una alegría gloriosa e indescriptible. 9 La recompensa por confiar en él será la salvación de sus almas. (1Pe.1:8:12)
- También comentan cómo ustedes esperan con ansias la venida, desde el cielo, del Hijo de Dios, Jesús, a quien Dios levantó de los muertos. Él es quien nos rescató de los horrores del juicio venidero. (1Ts.1:10)
- Dejamos nuestra tierra y parentela
Dejamos el mundo de donde vinimos para unirnos a nuestro amado esposo.- Hijas de reyes hay entre las mujeres de tu corte; a tu derecha está la reina, ¡lleva joyas del oro más fino de Ofir! 10 Escúchame, oh hija de la realeza; toma en serio lo que te digo: olvídate de tu pueblo y de tu familia, que están lejos. 11 Pues tu esposo, el rey, se deleita en tu belleza; hónralo, porque él es tu señor. (Sal.45:9-11)
- Sin embargo, todo aquello que para mí era ganancia, ahora lo considero pérdida por causa de Cristo. 8 Es más, todo lo considero pérdida por razón del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo he perdido todo y lo tengo por estiércol, a fin de ganar a Cristo 9 y encontrarme unido a él. (Fil.3:7-9)
- La novia es llevada a la casa de su esposo
- «No se turbe su corazón. Ustedes creen en Dios; crean también en mí. 2 En la casa de mi Padre hay muchos aposentos. Si así no fuera, ya les hubiera dicho. Así que voy a preparar lugar para ustedes. 3 Y si me voy y les preparo lugar, vendré otra vez, y los llevaré conmigo, para que donde yo esté, también ustedes estén. (Jn.14:-13)
- Sería madre de millones
- Después de esto vi una enorme multitud de todo pueblo y toda nación, tribu y lengua, que era tan numerosa que nadie podía contarla. Estaban de pie delante del trono y delante del Cordero. Vestían túnicas blancas y tenían en sus manos ramas de palmeras. 10 Y gritaban con gran estruendo: «¡La salvación viene de nuestro Dios que está sentado en el trono y del Cordero!». (Ap.7:9-10)
- Conquistan la ciudades de sus enemigos
- Entonces vi el cielo abierto, y había allí un caballo blanco. Su jinete se llamaba Fiel y Verdadero, porque juzga con rectitud y hace una guerra justa. 12 Sus ojos eran como llamas de fuego, y llevaba muchas coronas en la cabeza. Tenía escrito un nombre que nadie entendía excepto él mismo. 13 Llevaba puesta una túnica bañada de sangre, y su título era «la Palabra de Dios». 14 Los ejércitos del cielo vestidos del lino blanco y puro de la más alta calidad lo seguían en caballos blancos. (Ap.19:11-14)
- El siervo tipo de sus siervos asistidos por el Espíritu Santo
- Isaac:
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