El progreso del peregrino 11: El Valle de Sombra de Muerte

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El Valle de Sombra de Muerte

Al final de ese Valle de Humillación había otro, llamado Valle de Sombra de Muerte, y preciso era que CRISTIANO lo atravesase, pues en medio de él estaba el camino a la Ciudad Celestial. Ese valle era muy solitario; el profeta Jeremías lo describe así: “Una tierra desierta y despoblada, por tierra seca y de sombra de muerte, por una tierra por la cual no pasó varón, ni allí habitó hombre” (Jr.2:6). Aquí CRISTIANO sufrió más apuros que cuando luchaba con APOLIÓN. Vi luego en mi sueño que cuando CRISTIANO llegó al límite del Valle de Sombra de Muerte, se encontró con dos hombres que volvían a toda prisa en dirección contraria. Eran hijos de aquellos que dieron un informe negativo de la buena tierra (Nm.13:32).
—¡Atrás! ¡Atrás! —dijeron.
—¿Por qué? ¿Qué pasa? —preguntó CRISTIANO.
—Íbamos en la misma dirección que tú vas, avanzamos hasta donde nos atrevimos. Miramos adelante y vimos el valle que es negro como la brea; vimos duendes, sátiros y dragones del abismo. Oímos también un continuo aullar y gritar, como de gentes sufriendo indeciblemente, que eran prisioneras de la aflicción y estaban en cadenas. Y sobre ese Valle cuelgan las terribles nubes de la confusión; la muerte también extiende constantemente sus alas sobre él. En una palabra, todos es horrible y caótico (Job 3:5; 10:22).
Oyendo esto, CRISTIANO respondió:
—Este es mi camino a mi puerto seguro.
—Será el tuyo, pero no el nuestro.
Con esto se marcharon.
CRISTIANO siguió su camino, aunque siempre con la espada desenvainada en su mano, con miedo de ser asaltado. El sendero era muy angosto, a la derecha había una zanja muy profunda y a la izquierda, un peligroso lodazal. La zanja a la derecha es a la que los ciegos han guiado a los ciegos, pereciendo desgraciadamente ambos. El lodazal a la izquierda, aun si cae en él un hombre bueno, no toca fondo. En ese lodazal cayó una vez el rey David y sin duda se hubiera ahogado allí, si no lo hubiera sacado el Todopoderoso (Sal. 69:14). El buen CRISTIANO se vio en más aprietos, porque cuando procuraba en la oscuridad evitar la zanja por un lado, corría el peligro de caerse en el lodazal por el otro. Además de los peligros mencionados, el sendero aquí era tan oscuro que cuando levantaba un pie, no sabía dónde pisaría. Casi a la mitad de este Valle, noté que muy cerca del camino se encontraba la boca del infierno. “Ahora, ¿qué haré?” pensó CRISTIANO. Vi cómo salían muchas llamas y mucho humo, con chispas y ruidos horribles (cosas que no hacían caso a la espada de CRISTIANO, tal como no lo había hecho APOLIÓN). Por eso CRISTIANO se vio obligado a envainar su espada, y tomar el arma de la Oración (Ef. 6:18).
—Libra ahora, oh Señor, mi alma (Sal. 116:4) —exclamó.
De esta manera siguió por mucho tiempo; las llamas de vez en cuando llegaban hasta donde él estaba; también oía voces lúgubres y torbellinos que iban y venían, de tal modo que a ratos creía que iba a ser despedazado o pisoteado como el lodo de las calles. Este terrible espectáculo y estos horribles ruidos le siguieron por muchas leguas. Y cuando llegó a cierto lugar le pareció que se le acercaba una banda de espíritus malignos. Se detuvo para pensar lo que debía hacer. De a ratos se inclinaba a retroceder; luego pensaba que tal vez ya había atravesado la mitad del Valle. Recordó también cómo había vencido muchos peligros y que volverse atrás podría ser más peligroso que seguir adelante, por lo que decidió seguir. Pero los demonios parecían acercarse más y más. No obstante, cuando llegaron casi donde estaba él, CRISTIANO gritó con todas sus fuerzas:
—Andaré en la fortaleza del Señor Dios.
A esto, retrocedieron y no volvieron a molestarlo. No quiero dejar pasar un detalle. Noté que ahora el pobre CRISTIANO estaba tan confundido que ni reconocía su propia voz. Y en esto fue que lo noté: justo cuando estaba al borde del pozo ardiendo, uno de los malignos se la puso atrás, se le acercó suavemente y murmuraba blasfemias terribles que él creía procedían de su propia mente. Esto afectó más a CRISTIANO que cualquier cosa que se había encontrado hasta el momento, al punto de que pensó ¡que debía ahora blasfemar a Aquel que tanto amara antes! Pero ni si hubiera podido, lo hubiera hecho, porque no tenía la lucidez de taparse los oídos ni de saber de dónde procedían las blasfemias. Al seguir caminando desconsolado por un tiempo, le pareció oír una voz que decía: “Aunque ande en Valle de Sombra de Muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo” (Jos. 1:7-9; Sal. 23:4). Al oír esto, CRISTIANO se alegró por estas razones: Primero: Porque de esto infirió que otros que temían a Dios también andaban por ese Valle. Segundo: Porque supo que Dios estaba con ellos aun en ese estado tan tenebroso y triste, y “¿por qué no yo también?” pensaba, “aunque en razón del ambiente que hay en este lugar no puedo percibirlo” (Job 9:11). Tercero: tenía la esperanza (de alcanzarlos) para tener su compañía. Por tanto siguió su camino y dio voces al que iba delante, mas este no sabía que contestar, creyéndose también solo. Poco después amaneció, y dijo CRISTIANO: “Vuelve la sombra de muerte en mañana” (Amós 5:8). Ya se asomaba el sol. Esto fue otra misericordia para CRISTIANO, porque hay que notar que si la primera parte del Valle de Sombra de Muerte era peligrosa, la segunda, que todavía le faltaba atravesar hasta llegar al final del Valle, era más peligrosa aún porque estaba tan llena de trampas de todas clases, redes, pozos, algunos profundos y salientes, que si hubiera estado oscuro ahora, como cuando anduvo por la primera parte del Valle, hubiera perecido. Pero, como acabo de decir, estaba amaneciendo. Dijo pues:
—Dios hace resplandecer su luz sobre mí y con su luz pasaré por la oscuridad (Job.29:3).
Con esta luz, pues, llegó al final del Valle. Ahora vi en mi sueño que había sangre, huesos, cenizas y cuerpo mutilados de hombres, aun cuerpos de peregrinos que habían pasado por allí en otros tiempos.
Luego cantó CRISTIANO:
—¡Oh mundo maravilloso! No puedo decir menos porque fui guardado de ese peligro, hubiera podido ser atrapado, o me hubiera enredado y caído. Pero porque vivo ¡a Cristo sea la gloria!

  1. El valle de sombra de muerte, los períodos de dificultad

    1. Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo (Sal.23:4)
    2. El valle de sombra y muerte es el valle que uno atraviesa que está lleno de dificultades, tristezas, quebrantamientos, y peligros.
    3. Lo trae una combinación de circunstancias difíciles-adversas + perturbación espiritual
  2. Personajes que atravesaron por estos valles de sombra y muerte

    1. Job

      1. Por fin habló Job y maldijo el día de su nacimiento. Dijo: «Que sea borrado el día en que nací, y la noche en que fui concebido. Que ese día se convierta en oscuridad; que se pierda aun para Dios en las alturas, y que ninguna luz brille en él. Que la oscuridad y la penumbra absoluta reclamen ese día para sí; que una nube negra lo ensombrezca y la oscuridad lo llene de terror. Que esa noche sea borrada del calendario y que nunca más se cuente entre los días del año ni aparezca entre los meses. Que esa noche sea estéril, que no tenga ninguna alegría. Que maldigan ese día los expertos en maldiciones, los que, con una maldición, podrían despertar al Leviatán. Que las estrellas de la mañana de ese día permanezcan en oscuridad; que en vano espere la luz y que nunca llegue a ver la aurora. 10 Maldigo ese día por no haber cerrado el vientre de mi madre, por haberme dejado nacer para presenciar toda esta desgracia. 11 »¿Por qué no nací muerto? ¿Por qué no morí al salir del vientre? 12 ¿Por qué me pusieron en las rodillas de mi madre? ¿Por qué me alimentó con sus pechos? 13 Si hubiera muerto al nacer, ahora descansaría en paz; estaría dormido y en reposo. 14 Descansaría con los reyes y con los primeros ministros del mundo, cuyos grandiosos edificios ahora yacen en ruinas. 15 Descansaría junto a príncipes, ricos en oro, cuyos palacios estuvieron llenos de plata. 16 ¿Por qué no me enterraron como a un niño que nace muerto, como a un niño que nunca vivió para ver la luz? 17 Pues una vez muertos, los malvados no causan más problemas y los cansados encuentran reposo. 18 Aun los cautivos logran tranquilidad en la muerte, donde no hay guardias que los maldigan. 19 El rico y el pobre están allí, y el esclavo se libera de su dueño. 20 »Oh, ¿por qué dar luz a los desdichados, y vida a los amargados? 21 Ellos desean la muerte, pero no llega; buscan la muerte con más fervor que a tesoro escondido. 22 Se llenan de alegría cuando finalmente mueren, y se regocijan cuando llegan a la tumba. 23 ¿Por qué dar vida a los que no tienen futuro, a quienes Dios ha rodeado de dificultades? 24 No puedo comer a causa de mis suspiros; mis gemidos se derraman como el agua. 25 Lo que yo siempre había temido me ocurrió; se hizo realidad lo que me horrorizaba. 26 No tengo paz ni tranquilidad; no tengo descanso; solo me vienen dificultades». (Job.3:1-26)
    2. David (en la cueva de Adulam)

      1. Clamo al Señor; ruego la misericordia del Señor. Expongo mis quejas delante de él y le cuento todos mis problemas. Cuando me siento agobiado, solo tú sabes qué camino debo tomar. Vaya adonde vaya, mis enemigos me han tendido trampas. Busco a alguien que venga a ayudarme, ¡pero a nadie se le ocurre hacerlo! Nadie me ayudará; a nadie le importa un bledo lo que me pasa. Entonces oro a ti, oh Señor, y digo: «Tú eres mi lugar de refugio. En verdad, eres todo lo que quiero en la vida. Oye mi clamor, porque estoy muy decaído. Rescátame de mis perseguidores, porque son demasiado fuertes para mí. Sácame de la prisión para que pueda agradecerte. Los justos se amontonarán a mi alrededor, porque tú eres bueno conmigo». (Sal.142)
        1. De ser el general de batalla que dirigía los ejércitos del rey en batalla y ganar muchas victorias… ahora se encontraba solo, desempleado.
        2. De estar casado con una hermosa princesa, hija del rey, y gozar de lujos y privilegios… se le despojó de todo eso, su esposa le fue dada a otro hombre y el se quedó sin un recurso viviendo en una cueva.
        3. De ser alabado y puesto en alto con honra y fama entre la gente… ahora era un prófugo, acusado como criminal por parte del rey
        4. Después de tener amigos fieles que lo acompañaban y animaban… ahora está solo, sin ayuda
    3. Jeremías (la oposición por su oficio como profeta)

      1. Oh Señor, me engañaste, y yo me dejé engañar. Eres más fuerte que yo, y me dominaste. Ahora soy objeto de burla todos los días; todos se ríen de mí. Cuando hablo, me brotan las palabras. Grito: «¡Violencia y destrucción!». Así que estos mensajes del Señor me han convertido en objeto de burla. Sin embargo, si digo que nunca  encionaré al Señor o que nunca más hablaré en su nombre, su palabra arde en mi corazón como fuego. ¡Es como fuego en mis huesos! ¡Estoy agotado tratando de contenerla! ¡No puedo hacerlo! 10 He oído los muchos rumores acerca de mí. Me llaman «El hombre que vive aterrorizado». Me amenazan diciendo: «Si dices algo te denunciaremos». Aun mis viejos amigos me vigilan, esperando que cometa algún error fatal. «Caerá en su propia trampa—dicen—, entonces nos vengaremos de él». 11 No obstante, el Señor está a mi lado como un gran guerrero; ante él mis perseguidores caerán. No pueden derrotarme. Fracasarán y serán totalmente humillados; nunca se olvidará su deshonra. 12 Oh Señor de los Ejércitos Celestiales, tú pruebas a los justos y examinas los secretos y los pensamientos más profundos. Permíteme ver tu venganza contra ellos, porque a ti he encomendado mi causa. 13 ¡Canten al Señor! ¡Alaben al Señor! Pues al pobre y al necesitado los ha rescatado de sus opresores. 14 ¡Sin embargo, maldigo el día en que nací! Que nadie celebre el día de mi nacimiento. 15 Maldigo al mensajero que le dijo a mi padre: «¡Buenas noticias! ¡Es un varón!». 16 Que lo destruyan como a las ciudades de la antigüedad que el Señor derribó sin misericordia. Asústenlo todo el día con gritos de batalla, 17 porque no me mató al nacer. ¡Oh, si tan solo hubiera muerto en el  vientre de mi madre, si su cuerpo hubiera sido mi tumba! 18 ¿Por qué habré nacido? Mi vida entera se ha llenado de dificultades, de dolor y de vergüenza. (Jer.20:7-18)
        1. De tener una hermosa familia con 10 hijos fuertes, saludables, bellos… todos mueren en un accidente.
        2. De ser el hombre más próspero de la región… llegó a la quiebra económica, fue robado, despojado de todos sus bienes, y quedó en la miseria.
        3. De ser un hombre de reputación y de gran honra, respetado y admirado… ahora se convirtió en la burla y desprecio de de todos, incluida la gente más baja (Job.30:1-2)
        4. Gozaba de vigor y una gran salud… su salud fue menoscabada, llagas supurantes en la piel que causaban ardor, comezón y calentura (Job.3:7; 30:30)
        5. Se encontró solo en su angustia, sus amigos y familiares solo lo acusaban y aconsejaban a abandonar su fe
    4. Jesús (la pasión)

      1. ¡Sálvame, Dios mío, porque las aguas ya me llegan al cuello! Me estoy hundiendo en un pantano profundo y no tengo dónde apoyar el pie. Estoy en medio de profundas aguas y me arrastra la corriente. Cansado estoy de pedir ayuda; tengo reseca la garganta. Mis ojos languidecen, esperando la ayuda de mi Dios. Más que los cabellos de mi cabeza son los que me odian sin motivo; muchos son los enemigos gratuitos que se han propuesto destruirme. ¿Cómo voy a devolver lo que no he robado? Oh Dios, tú sabes lo insensato que he sido; no te puedo esconder mis culpas. Señor Soberano de los Ejércitos, que no sean avergonzados por mi culpa los que en ti esperan; oh Dios de Israel, que no sean humillados por mi culpa los que te buscan. Por ti yo he sufrido insultos; mi rostro se ha cubierto de vergüenza. Soy como un extraño para mis hermanos; soy un extranjero para los hijos de mi madre. El celo por tu casa me consume; sobre mí han recaído las burlas de los que te insultan. 10 Cuando lloro y ayuno, tengo que soportar sus insultos; 11 cuando me visto de luto, soy objeto de burlas. 12 Los que se sientan a la puerta murmuran contra mí; los borrachos me dedican parodias. 13 Pero yo, Señor, elevo a ti una oración en el tiempo de tu buena voluntad. Por tu gran amor, oh Dios, respóndeme; por tu fidelidad, sálvame. 14 Sácame del lodo; no permitas que me hunda. Líbrame de los que me odian y de las aguas profundas. 15 No dejes que me arrastre la corriente; no permitas que me trague el abismo ni que el foso cierre sus fauces sobre mí. 16 Respóndeme, Señor, por tu bondad y tu gran amor; por tu inmensa misericordia, vuélvete hacia mí. 17 No escondas tu rostro de este siervo tuyo; respóndeme pronto, que estoy angustiado. 18 Ven a mi lado y rescátame; redímeme, por causa de mis enemigos. 19 Tú bien sabes cómo me insultan, me avergüenzan y denigran; sabes quiénes son mis adversarios. 20 Los insultos me han destrozado el corazón; para mí ya no hay remedio. Esperé compasión y no la hubo; busqué consuelo y no lo hallé. 21 En mi comida pusieron hiel; para calmar mi sed me dieron vinagre. 22 Que se conviertan en trampa sus banquetes y su prosperidad, en lazo. 23 Que se les nublen los ojos para que no vean y que se encorven sus espaldas para siempre. 24 Descarga tu furia sobre ellos; que tu ardiente ira los alcance. 25 Que su campamento quede desierto y que nadie habite sus tiendas de campaña. 26 Pues al que has afligido lo persiguen y se burlan del dolor del que has herido. 27 Añade a sus pecados más pecados; no los hagas partícipes de tu salvación. 28 Que sean borrados del libro de la vida; que no queden inscritos con los justos. 29 Y a mí, que estoy pobre y adolorido, que me proteja, Dios mío, tu salvación. 30 Con cánticos alabaré el nombre de Dios; con acción de gracias lo exaltaré. 31 Esa ofrenda agradará más al Señor que la de un toro o un novillo con sus cuernos y pezuñas. 32 Los pobres verán esto y se alegrarán; ¡reanímense ustedes, los que buscan a Dios! 33 Porque el Señor oye a los necesitados y no desprecia a su pueblo cautivo. 34 Que lo alaben los cielos y la tierra, los mares y todo lo que se mueve en ellos, 35 porque Dios salvará a Sión y reconstruirá las ciudades de Judá. Allí se establecerá el pueblo y tomará posesión de la tierra. 36 La heredarán los hijos de sus siervos; la habitarán los que aman su nombre.  (Sal 69)
        1. Ser ser amado y procurado por la gente… ahora estaba solo y odiado por la gente, aún su misma familia (hermanos de la carne) lo abandonaron
        2. De ser alabado… ahora era burlado y denigrado
        3. De ser atendido e invitado a comer… ahora lo tratan con desprecio y le dan vinagre para calmar su sed.
        4. De no hacer otra cosa mas que bien y ayuda al pueblo necesitado… ahora ese pueblo lo traiciona y entrega a morir.
    5. Pablo

      1. Amados hermanos, pensamos que tienen que estar al tanto de las dificultades que hemos atravesado en la provincia de Asia. Fuimos oprimidos y agobiados más allá de nuestra capacidad de aguantar y hasta pensamos que no saldríamos con vida. De hecho, esperábamos morir; pero, como resultado, dejamos de confiar en nosotros mismos y aprendimos a confiar solo en Dios, quien resucita a los muertos. 10 Efectivamente él nos rescató del peligro mortal y volverá a hacerlo de nuevo. Hemos depositado nuestra confianza en Dios, y él seguirá rescatándonos, 11 y ustedes nos están ayudando al orar por nosotros. Entonces mucha gente dará gracias porque Dios contestó bondadosamente tantas oraciones por nuestra seguridad. (2Co.1:8-11)
    6. La vida del cristiano

      1. Tiempos de gloria en la prepa… a tiempos de terrible dificultad en Michigan
      2. Tiempo de gloria ministerial en la universidad… para sufrir densos tiempos de oscuridad y persecución
      3. Tiempos de gloria en Harvard (novia, negocio, conferencias)… a tiempos de humillación y escases en telemarketing
      4. Tiempos de dificultad en el negocio… en los que me ponía a llorar solo en la oficina sobrecogido por todas las trabas y dificultades
      5. Tiempos de  dificultad en mi familia con la pérdida de nuestros hijos…
    7. En la vida de otros

      1. Tiempos de dificultad económica sin encontrar la salida
      2. Tiempos de enfermedad
      3. Tiempos de intenso conflicto familiar
      4. Tiempos de sueños frustrados
  3. Muchos mueren en el valle

    No solo son períodos de dificultad y despojo… sino de opresión espiritual

    1. Demonios vienen a ti

      1. Job:

        1. Pienso: “Mi cama me dará consuelo, y el sueño aliviará mi sufrimiento”; 14 pero entonces me destrozas con sueños y me aterras con visiones.  (Job.7:13-14)
      2. Jesús:

        1. Todos los días estaba con ustedes en el Templo y no se atrevieron a ponerme las manos encima. Pero ya ha llegado la hora de ustedes, cuando reinan las tinieblas. (Lc.22:53)
        2. Muchos toros me rodean; fuertes toros de Basán me cercan. 13 Contra mí abren sus fauces leones que rugen y desgarran a su presa. (Sal.22:12-13)
    2. … y buscan desmoronarte por dentro
      1. Hacen el ambiente espiritual más denso y obscuro: sientes o el desanimo, la depresión, el temor, o la angustia.
      2. Escuchas cómo susurra el enemigo: “Dios ya te abandonó”, “Es mentira todo lo que te dijeron”, “Esto no sirve”, “Dios no te ama”
      3. Vienen y te arman una fiesta de autocompasión:
        Pedro lo llevó aparte y comenzó a reconvenirlo: «Señor, ¡ten compasión de ti mismo! ¡Que esto jamás te suceda!» 23 Pero él se volvió y le dijo a Pedro: «¡Aléjate de mi vista, Satanás! ¡Me eres un tropiezo! ¡Tú no piensas en las cosas de Dios, sino en cuestiones humanas!» (Mt.16:22)
    3. La situación se agrava con las expectativas equivocadas
      1. Si te enseñaron que no hay que morir a ti mismo
      2. Si te enseñaron que no hay que cargar tu cruz
      3. Si te enseñaron que naciste para realizar tus sueños
      4. Si te enseñaron que el cristiano no pasaría por ningún sufrimiento
      5. Si te enseñaron a vivir tu mejor vida ahora
      6. ¿Por qué se agrava?
        Y si nuestra esperanza en Cristo es solo para esta vida, somos los más dignos de lástima de todo el mundo. (1Co.15:19)
      7. Nadie te advirtió
        Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios. (Hch.14:22)
    4. Entre el derrumbe externo e interno, muchos sucumben.

      1. Su fe se derrumba cuando ven todo el despojo en su vida, cuando ven hechos añicos sus ideales.
      2. Su fe muere pues se resienten contra Dios
      3. Se amargan y se apartan de Dios
  4. El valle de sombra de muerte = reconciliándonos con el sufrimiento

    Lo cantamos, lo leemos… pero no creemos que lo viviremos, que lo pasaremos… y mucho menos nos preparamos para él. No se nos enseña reconciliarnos con el sufrimiento a la forma de Dios

    1. ¿Porqué nos pasaría el Señor por este valle?

      ¿Será que él ya no nos ama si tenemos problemas o aflicciones, si somos perseguidos o pasamos hambre o estamos en la miseria o en peligro o bajo amenaza de muerte? 36 (Como dicen las Escrituras: «Por tu causa nos matan cada día; nos tratan como a ovejas en el matadero»). 37 Claro que no (Ro.8:35-37)

      1. El nos ama… eso es seguro… pero no nos ama como nosotros amamos (inmaduramente), sino de forma madura.
    2. El valle de sombra nos despoja de un corazón casado con el mundo

      No amen al mundo ni nada de lo que hay en él. Si alguien ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 16 Porque nada de lo que hay en el mundo —los malos deseos de la carne, la codicia de los ojos y la arrogancia de la vida—, proviene del Padre, sino del mundo. (1Jn.2:15-16)

      1. Valle de sombra de muerte = muerte de tu sueños, tus ideales, lo que aprecias y valoras.
      2. El sufrimiento viene por el despojo
      3. Nos lleva a revalorar prioridades
    3. El valle de sombra nos lleva a poner las mirada en las cosas eternas

      Por tanto, no nos desanimamos. Al contrario, aunque por fuera nos vamos desgastando, por dentro nos vamos renovando día tras día. 17 Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento. 18 Así que no nos fijamos en lo visible, sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno. (2Co.4:16-18)

    4. Nos lleva a crecer en la fe

      —Señor, si eres tú —respondió Pedro—, mándame que vaya a ti sobre el agua. 29 —Ven —dijo Jesús. Pedro bajó de la barca y caminó sobre el agua en dirección a Jesús. 30 Pero al sentir el viento fuerte, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó: —¡Señor, sálvame! 31 Enseguida Jesús le tendió la mano y, sujetándolo, lo reprendió: —¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? 32 Cuando subieron a la barca, el viento se calmó.

    5. Nos lleva a experimentar a Dios (su salvación, su presencia, su consuelo)

      Él nos consuela en todas nuestras dificultades para que nosotros podamos consolar a otros. Cuando otros pasen por dificultades, podremos ofrecerles el mismo consuelo que Dios nos ha dado a nosotros. Pues, cuanto más sufrimos por Cristo, tanto más Dios nos colmará de su consuelo por medio de Cristo. Aun cuando estamos abrumados por dificultades, ¡es para el consuelo y la salvación de ustedes! Pues, cuando nosotros somos consolados, ciertamente los consolaremos a ustedes. Entonces podrán soportar con paciencia los mismos sufrimientos que nosotros. Tenemos la plena confianza de que, al participar ustedes de nuestros sufrimientos, también tendrán parte del consuelo que Dios nos da. Amados hermanos, pensamos que tienen que estar al tanto de las dificultades que hemos atravesado en la provincia de Asia. Fuimos oprimidos y agobiados más allá de nuestra capacidad de aguantar y hasta pensamos que no saldríamos con vida. De hecho, esperábamos morir; pero, como resultado, dejamos de confiar en nosotros mismos y aprendimos a confiar solo en Dios, quien resucita a los muertos. 10 Efectivamente él nos rescató del peligro mortal y volverá a hacerlo de nuevo. Hemos depositado nuestra confianza en Dios, y él seguirá rescatándonos, 11 y ustedes nos están ayudando al orar por nosotros. Entonces mucha gente dará gracias porque Dios contestó bondadosamente tantas oraciones por nuestra seguridad. (2Co.1:4-11)

    6. Nos lleva a ser de inspiración

       La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús, quien, siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse. Por el contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo y haciéndose semejante a los seres humanos. Y al manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz! Por eso Dios lo exaltó hasta lo sumo y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre, 10 para que ante el nombre de Jesús se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra, 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.  (Fil.2:5-11) // Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. Así, pues, consideren a aquel que perseveró frente a tanta oposición por parte de los pecadores, para que no se cansen ni pierdan el ánimo.(He.12:2-3)

    7. Nos capacita para el servicio de otros

      Debido a que él mismo ha pasado por sufrimientos y pruebas, puede ayudarnos cuando pasamos por pruebas. (He.2:18)

  5. El resultado del valle de muerte

    1. Vida o muerte

      1. El valle de muerte produce muerte entre los destinados a destrucción.
      2. El valle de muerte produce vida y gloria entre los destinados a salvación.
    2. Es un valle de definición

      Muchos pueblos en el valle de la decisión; porque cercano está el día de Jehová en el valle de la decisión. (Joel.3:14)

      1. Estas pruebas demostrarán que su fe es auténtica. Está siendo probada de la misma manera que el fuego prueba y purifica el oro, aunque la fe de ustedes es mucho más preciosa que el mismo oro. (1Pe.1:7)
    3. El valle de sombra de muerte… es el valle en el que para salir vivo, tienes que morir

      —Si alguien quiere ser mi discípulo, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga. 25 Porque el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa, la encontrará. (Mt.16:24-26)

      1. No has muerto, cuando todavía sigues aferrado en tu corazón a eso que se te despojó
      2. No has muerto, cuando todavía no abrazas la causa de Cristo por aferrarte a lo despojado.
    4. Nuestro aliento en el valle: Dios con nosotros.

      Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento. (Sal.23:4)

Alberto Vazquez Botello