Tiempos de Crisis y de Dudas

Youtube: https://youtu.be/2B7z8CKJU5M
  1. La vida y el ministerio de Juan (Lc.3:1-22):

    Era el año quince del reinado de Tiberio, el emperador de Roma. Poncio Pilato era gobernador de Judea; Herodes Antipas gobernaba Galilea; su hermano Felipe gobernaba  Iturea y Traconite; y Lisanias gobernaba Abilinia. Anás y Caifás eran los sumos sacerdotes. En ese tiempo, un mensaje de Dios llegó a Juan, hijo de Zacarías, que vivía en el desierto. Entonces Juan fue de un lugar a otro, por ambos lados del río Jordán, predicando que la gente debía ser bautizada para demostrar que se había arrepentido de sus pecados y vuelto a Dios para ser perdonada. Isaías había hablado de Juan cuando dijo:

    «Es una voz que clama en el desierto:
    “¡Preparen el camino para la venida del Señor!
        ¡Ábranle camino!
    Los valles serán rellenados,
        y las montañas y las colinas, allanadas.
    Las curvas serán enderezadas,
        y los lugares ásperos, suavizados.
    Y entonces todas las personas verán
        la salvación enviada por Dios”».

    Cuando las multitudes acudieron a Juan para que los bautizara, les dijo:

    —¡Camada de víboras! ¿Quién les advirtió que huyeran de la ira de Dios que se acerca? Demuestren con su forma de vivir que se han arrepentido de sus pecados y han vuelto a Dios. No se digan simplemente el uno al otro: “Estamos a salvo porque somos descendientes de Abraham”. Eso no significa nada, porque les digo que Dios puede crear hijos de Abraham de estas mismas piedras. Ahora mismo el hacha del juicio de Dios está lista para cortar las raíces de los árboles. Así es, todo árbol que no produzca buenos frutos será cortado y arrojado al fuego.

    10 Las multitudes preguntaron:

    —¿Qué debemos hacer?

    11 Juan contestó:

    —Si tienes dos camisas, da una a los pobres. Si tienes comida, comparte con los que tienen hambre.

    12 Hasta los corruptos recaudadores de impuestos vinieron a bautizarse y preguntaron:

    —Maestro, ¿qué debemos hacer?

    13 Él les contestó:

    —No recauden más impuestos de lo que el gobierno requiere.

    14 —¿Qué debemos hacer nosotros? —preguntaron algunos soldados.

    Juan les contestó:

    —No extorsionen ni hagan falsas acusaciones, y estén satisfechos con su salario.

    15 Todos esperaban que el Mesías viniera pronto, y tenían muchas ganas de saber si Juan era el Mesías. 16 Juan contestó a sus preguntas diciendo: «Yo los bautizo con agua, pero pronto viene alguien que es superior a mí, tan superior que ni siquiera soy digno de ser su esclavo y desatarle las correas de sus sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. 17 Él está listo para separar el trigo de la paja con su rastrillo. Luego limpiará la zona donde se trilla y juntará el trigo en su granero, pero quemará la paja en un fuego interminable». 18 Juan usó muchas advertencias similares al anunciar la Buena Noticia al pueblo.

    19 También Juan criticó públicamente a Herodes Antipas, el gobernador de Galilea, por haberse casado con Herodías, la esposa de su hermano, y por muchas otras injusticias que había cometido. 20 Así que Herodes metió a Juan en la cárcel, agregando a sus muchos pecados uno más.

    21 Cierto día, en que las multitudes se bautizaban, Jesús mismo fue bautizado. Mientras él oraba, los cielos se abrieron, 22 y el Espíritu Santo, en forma visible, descendió sobre él como una paloma. Y una voz dijo desde el cielo: «Tú eres mi Hijo muy amado y me das gran gozo».

    1. Preparar el camino al Mesías

    2. Después de 400 años de silencio, llega un profeta, y solo uno.

    3. Tremendas prédicas que multitudes venían a bautizarse

    4. Jesús mismo fue bautizado por él

    5. De él se declara que “de todos los que han vivido, nadie es superior a Juan el Bautista” (Mt.11:11)

  2. Tiempo de Crisis, de dudas (Mt.11:2-6):

    19 También Juan criticó públicamente a Herodes Antipas, el gobernador de Galilea, por haberse casado con Herodías, la esposa de su hermano, y por muchas otras injusticias que había cometido. 20 Así que Herodes metió a Juan en la cárcel, agregando a sus muchos pecados uno más. (Lc.3:19-20)
    Juan el Bautista, quien estaba en prisión, oyó acerca de todas las cosas que hacía el Mesías. Entonces envió a sus discípulos para que le preguntaran a Jesús:

    —¿Eres tú el Mesías a quien hemos esperado o debemos seguir buscando a otro?

    Jesús les dijo:

    —Regresen a Juan y cuéntenle lo que han oído y visto: los ciegos ven, los cojos caminan bien, los leprosos son curados, los sordos oyen, los muertos resucitan, y a los pobres se les predica la Buena Noticia. Y díganle: “Dios bendice a los que no se apartan por causa de mí”.

    1. Fue metido a la cárcel

    2. Dios no hizo nada para librarlo ¿no lo amaba?

    3. Jesús no hizo nada ¿no le importaba la injusticia y el sufrimiento que estaba viviendo?

    4. Los tiempos de dificultad, de crisis, de dudas vendrán.

      1. Pero, aun si sufren por hacer lo correcto, Dios va a recompensarlos. Así que no se preocupen ni tengan miedo a las amenazas. (1Pe.3:14)
      2. Recuerden que es mejor sufrir por hacer el bien —si eso es lo que Dios quiere— ¡que sufrir por hacer el mal! (1Pe.3:17)
      3. Cristo sufrió por nuestros pecados una sola vez y para siempre. Él nunca pecó, en cambio, murió por los pecadores para llevarlos a salvo con Dios. Sufrió la muerte física, pero volvió a la vida en el Espíritu… Ahora Cristo ha ido al cielo. Él está sentado en el lugar de honor, al lado de Dios, y todos los ángeles, las autoridades y los poderes aceptan su autoridad. (1Pe.3:18-22)
    5. Nos gusta las palabra proféticas de Bendición… y generalmente no se dan las de Sufrimiento.

  3. Dios no lo rescató… pero si hizo algo:

    1. Afirmó su fe en medio de la prueba por la que estaba pasando.

      Por último, cuando ya no pudimos soportarlo más, decidimos quedarnos solos en Atenas y enviamos a Timoteo para que los visitara. Él es hermano nuestro y colaborador de Dios en la proclamación de la Buena Noticia de Cristo. Lo enviamos a ustedes para que los fortaleciera, los alentara en su fe y los ayudara a no ser perturbados por las dificultades que atravesaban; pero ustedes saben que estamos destinados a pasar por tales dificultades. Aun cuando estábamos con ustedes, les advertimos que las dificultades pronto llegarían, y así sucedió, como bien saben. Por esta razón, cuando ya no pude más, envié a Timoteo para averiguar si la fe de ustedes seguía firme. Tenía miedo de que el tentador los hubiera vencido y que nuestro trabajo hubiera sido en vano. (1Ts.3:1-5)

    2. Lo animó a que no se desvíe o aparte de su fe en Jesús por no entender lo que estaba pasando.

      «No se apartan por causa de mi» = «no son ofendidos por causa de mi» = «no tropieza por causa de mi»

      1. Corremos el riezgo a desilucionarnos de Dios
      2. “No me respondió cuando lo necesite”
      3. “¿porqué permitió esto o aquello?”
      4. “¿Porqué no me dió esto que esperaba?”
      5. –estas cosas cierran nuestro corazón a Dios, y nos impide recibir lo bueno que él tiene para nosotros, aún en el desierto por el que atravesamos (caso de Israel)
    3. La fe se refina:

      Estas pruebas demostrarán que su fe es auténtica. Está siendo probada de la misma manera que el fuego prueba y purifica el oro, aunque la fe de ustedes es mucho más preciosa que el mismo oro. Entonces su fe, al permanecer firme en tantas pruebas, les traerá mucha alabanza, gloria y honra en el día que Jesucristo sea revelado a todo el mundo.

  4. Confía en Dios

    1. No tienes que entender todo
    2. No tienes que saber cómo eso va obrar para tu bien
    3. Hay un grado de madurez que se manifiesta, cuando aprendes a confiar en el carácter y la integridad de Dios sin necesidad de explicaciones.
      1. Relación de Esclavo: desconfianza, cuestionas, te enseña sus mandamientos.
      2. Relación de Amigo: confías, te enseña su pensar (la lógica de sus mandamientos).
      3. Relación de Esposo: te interesas por él, te comparte su sentir, su corazón.
    4. “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar.” (Jn.16:12)

Alberto Vazquez Botello