Le tocó difícil a la mujer

Youtube: https://youtu.be/BQk0qjBAiBU
‘… sométanse unos a otros por reverencia a Cristo. Para las esposas, eso significa: sométase cada una a su marido como al Señor, porque el marido es la cabeza de su esposa como Cristo es cabeza de la iglesia. Él es el Salvador de su cuerpo, que es la iglesia. Así como la iglesia se somete a Cristo, de igual manera la esposa debe someterse en todo a su marido. Ef5.21-24

Someter, definición:

  1. Imponer a una persona su autoridad o voluntad.
  2. Exponer un razonamiento, plan u otra cosa a una persona para que dé su opinión y lo apruebe o desapruebe.
  3. Aceptar la autoridad o la voluntad de otra persona, generalmente sin oponer resistencia.

Es un reto/mandamiento de parte del Señor el someternos a nuestros esposos. Esos seres falibles que Dios destinó SABIAMENTE para cada una de nosotras y depender de ellos nuestra provisión, protección y dirección.

Al estar preparando este material Dios me trajo a la mente cuando yo era soltera. Hubo una etapa donde vivía sola, tenía 24 años, un trabajo que amaba, independiente económicamente y, como la mayoría de las mujeres a esa edad, mi mayor preocupación era: el novio. No me van a dejar mentir los jóvenes que están viendo esta predica, la mayoría vivimos para eso. En lo personal Dios fue muy amoroso conmigo y tuvo un trato sumamente especial, me hizo ver que el vaso que dice ‘Dios’ y que se debía de llenar en Él, le había sobrepuesto la etiqueta de ‘novio’. Y aunque ese es tema para otro día no quería dejar de mencionarlo para que tú soltero, no desvíes tu mirada del que merece toda tu atención. Siguiendo con mi punto… al mismo tiempo recuerdo que mis amigos casados y con hijos que sabían de mi estado de soltería me decían ¡APROVECHA!, una vez que te cases no hay vuelta atrás, ahorita tienes todo el tiempo para ti y para el Señor, quien me ayudó a que esas palabras se hicieran reales en mi vida. En ese entonces no dependía de nadie (mas que de Dios) y nadie dependía de mi! era maravilloso ahorita que volteo a ver esos días. Podía hacer la comida que más me gustaba, me tardaba lo que quería al hacer la despensa, ponía el mini-split a la temperatura ideal para MI, compraba el helado de mi sabor favorito, si quería cocinaba, si no quería no, el fin de semana podía decidir no salir, y si en un instante cambiaba de planes, simplemente me alistaba y salía a donde YO quisiera. Probablemente a los solteros que me estén escuchando estén pensando, ‘pues sí, ¿hay de otra?’ y te digo a ti mujer soltera: ¡Sí! todo cambia. Te voy a re-leer el pasaje de Efesios.
 
Y en ese estado de comodidad, ¿para qué me movía? o, ¿por qué Dios siguió dirigiendo mi vida apuntándola a que, al cabo de un tiempo, terminara casada? si los planes para el cristiano fueran vivir cómoda, felizmente y sin preocupaciones, disfrutando de la vida terrenal, medito y creo que el matrimonio quedaría fuera de la mesa. Claro está que Dios lo diseñó y ¡es hermoso!, sólo que lo diseñó antes de la caída, ahora que ocupamos estos cuerpos carnales se vuelve complicado. Y en esta ocasión veremos de la posición y dificultades que enfrentará la mujer en esta etapa de la vida.
 
Que quede claro. Una vez casada, quien toma las decisiones es el marido. Ese hombre sabio, maduro, guapo, fuerte, temeroso del Señor, quien ora tres veces al día pidiendo la divina dirección del Altísimo para estar en todo momento en el centro de Su voluntad. Por más cristiano que sea tu varón, sabemos que muchas cosas que acabo de mencionar a veces no son ciertas. Por lo tanto, tenemos hombres vestidos en cuerpos carnales, que se equivocan tanto como nosotras y son ellos los que van a dirigir a la familia. Cualquiera diría que Dios estableció esto en un momento que estaba fuera de sí y al ver este escenario es entendible el hecho de que a veces nos estresemos y nos comportemos de tal manera con ganas de revelarnos. Viendo este cuadro, el hecho de someternos se vuelve un gran reto.
Hay relatos bíblicos que conocemos y hemos leído muchas veces, en esta ocasión nos detendremos a analizar la posición de las mujeres en estas historias.
  • Sarah
  • Gen12.1-5 Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. Y se fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot fue con él. Y era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán. Tomó, pues, Abram a Sarai su mujer, y a Lot hijo de su hermano, y todos sus bienes que habían ganado y las personas que habían adquirido en Harán, y salieron para ir a tierra de Canaán; y a tierra de Canaán llegaron.
La lectura no menciona que Abraham haya consultado a Sarah a ver qué le parecía, cómo se sentía o si quiera pedir permiso ¿qué le dijo Abraham a Sarah? ¿Como lo tomó Sarah? Nos podemos imaginar muchas escenas como por ejemplo Sarah ya establecida en su casa, terminando de adornar y haciendo proyectos en su cabeza cuando llega Abraham llega y le dice:
— empaca todo que tenemos que irnos de aquí a una tierra que Dios me va a mostrar
— ¿tierra?… ¿de qué hablas Abraham?… ¿a donde me llevas?
— no sé exactamente, pero Dios me lo va a mostrar en el camino
  • Gen12.10 Hubo entonces hambre en la tierra, y descendió Abram a Egipto para morar allá; porque era grande el hambre en la tierra.
 No solo la mueven de su casa y la traen de un lugar a otro, si no que a donde llegan ¡hay hambruna!. En lo personal, pudiera empezar a dudar ‘mmh, grandiosa idea el movernos ¿eh?’. Y aquí viene otra maravillosa idea de parte de Abraham.
  • Gen12.11-13 Y aconteció que cuando estaba para entrar en Egipto, dijo a Sarai su mujer: He aquí, ahora conozco que eres mujer de hermoso aspecto; y cuando te vean los egipcios, dirán: Su mujer es; y me matarán a mí, y a ti te reservarán la vida. Ahora, pues, di que eres mi hermana, para que me vaya bien por causa tuya, y viva mi alma por causa de ti.
¿What? se supone que al marido se le manda a amar a su mujer así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella (Ef5.25) aquí vemos todo lo contrario. Abraham le pide a Sarah que mienta diciendo que es su hermana para así salvar él su pellejo. La ve el Faraón, la toma para él como mujer (Gen12.15,19) y no solo eso, a causa de ella, el Faraón le dió a Abraham ovejas, vacas, asnos, siervos, criadas, asnas y camellos (Gen12.16). Al ver Dios tal situación envió a Faraón y a su casa grandes plagas (Gen12.17) quien se da cuenta de la mentira, manda traer a Abraham, lo confronta y lo echa de la ciudad.
 
¿Qué hubieras echo tú? ¿Cómo te hubieras sentido siendo esposa de Abraham?. Interesantemente esta trama se vuelve a repetir con Isaac, su hijo, en Génesis 26.
 
O la vez que Abraham casi sacrifica a su hijo como una prueba de fe de parte de Dios:
  • Gen22.1-2,9-10 Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré… Y cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar, y compuso la leña, y ató a Isaac su hijo, y lo puso en el altar sobre la leña. Y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo.
 El escrito no menciona que le haya avisado a Sarah, bien le pudo haber comentado antes de ir, después o pudo haberse enterado por Isaac, su hijo. Haya sido como haya sido, ¡¿qué habrá pasado por la mente de Sarah?! Tendría que haber sido una persona con una mente totalmente renovada para que su primer pensamiento o expresión fuera: “Pues espero que hayas obedecido a Dios” o “Me da gusto que no hubieras dudado y te hayas llevado a nuestro hijo para sacrificio del Señor”.
 
O cuando Abraham deja a su esposa y sus esclavas solas sin hombre que la defendiera para ir a rescatar a su sobrino Lot (Gen14.14).
 
Lo interesante de los casos que vemos en Sara es que en unos era la dirección que el Señor tenía para ellos, y otros eran decisiones malas de su esposo. ¿A qué tipo de decisiones tenemos que obedecer, como esposas?
  • Lea
  • Gen33.1-2 Alzando Jacob sus ojos, miró, y he aquí venía Esaú, y los cuatrocientos hombres con él; entonces repartió él los niños entre Lea y Raquel y las dos siervas. Y puso las siervas y sus niños delante, luego a Lea y sus niños, y a Raquel y a José los últimos.
¿Cómo te hubieras sentido en el lugar de Lea cuando ella y sus hijos fueron puestos por su esposo Jacob adelante de la marcha para que, en caso de que su hermano Esaú atacara, ellos fueran los primeros en recibir el ataque y diera oportunidad a Raquel y sus hijo a huir? Cuando el deber ser, el mandamiento del Señor es que el esposo trate a su mujer como el vaso más frágil (1Pe3.7) y aquí vemos que Jacob las utilizó como escudo. ¿Te hubieras resentido a tal punto que lo hubieras abandonado por completo? Debes de estar para proteger a tu familia, si no eres tú, ¿quién?
  • Séfora
 Se cree que Séfora, al ser madianita, se oponía a la circuncisión lo cual sabemos era requisito del pacto de Dios con Israel. Pero nos podemos imaginar la discusión con su esposo —¡Ni lo intentes Moisés! ¡Si cortas a mis hijos me divorcio de ti! ¿cómo voy a poner en riesgo a mis pequeñitos por tu tonta tradición? ¡Además, no hay médicos en la región! no, no, no. No voy a poner en riesgo a nuestros hijos, tendrás que pasar por mi cadáver antes de que los toques.
Al final, conocemos la historia. Dios tuvo que intervenir por haberle hecho más caso a su esposa que a Él (Ex4.14-26).
Como hemos leído en el versículo principal de esta prédica (Ef5.21-24) Dios nos manda a sujetarnos/obedecer a nuestros esposos y no menciona condiciones como, obedecer solo sí:
  1. El mandato es confirmado también a la mujer directamente de Dios.
  2. El mandato no viene a desestabilizar la comodidad familiar.
  3. No hay duda de que el esposo haya escuchado bien la voz de Dios.
  4. El esposo es cristiano
Vemos la orden de Dios para nosotras, luego vemos las historias de la Biblia profundizando el lado de las mujeres y no nos mientan, se compadecen de nosotros al darse cuenta de lo difícil que es. Y a las mujeres: ¿ya nos fregamos? ¿entonces, no me caso? No se trata de eso. Dios es sabio y sigue dirigiendo y utilizando el matrimonio para bendición de nosotros y para gloria a Su Nombre.
 
Mujeres, hay una luz de esperanza para nosotras. Podemos confiar en que Dios “cubrirá los errores” de nuestros esposos. Así nos someteremos con tranquilidad a la autoridad que Dios les ha dado a ellos, no porque sean perfectos, sino porque Dios tiene cuidado de nosotras y suple las deficiencias de esos hombres imperfectos. ¿Quieres ejemplos?
  • Cuando Sarah fue tomada por el Faraón, Dios mandó una plaga sobre él y su casa, trayendo como consecuencia que se diera cuenta que no era hermana, si no esposa de Abraham. (Gen12.11-13,17-19)
  • Cuando Isaac dijo que Rebeca era su hermana y no su mujer. Dios por su misericordia no permitió que ninguno del lugar la tomara como esposa. Vemos que Abimelec lo confrontó cuando le dijo: ¿Por qué nos has hecho esto? Por poco hubiera dormido alguno del pueblo con tu mujer, y hubieras traído sobre nosotros el pecado. (Gen26.10)
La debilidad de estos dos hombres, ocasionada por su cobardía, fue cubierta por Dios interviniendo directamente para defenderlas.
  • Ni Lea ni sus hijos fueron tocados por Esaú, a pesar de que Isaac las mandó por delante para que, en caso de que atacara, ellas fueran de las primeras. (Gen33.1-2)
  • Cuando Jacob se llevó a sus esposas, hijas de Labán, a su tierra sin avisarle a su suegro por temor a que se las fuera a arrebatar o a alguna otra reacción que pudiera haber tenido. Dios se le aparece a Labán para reprenderlo y defender a Jacob y su familia. Mi poder es más que suficiente para hacerles daño, pero anoche el Dios de tu padre me habló y me dijo: “¡Cuidado con amenazar a Jacob!” (Gen31.22-29)
 
¿Qué hacer?
Reconozcamos que hay mucho estrés, mucha angustia al estar bajo la autoridad de estos seres falibles mejor conocidos como: esposos.
  • Mi testimonio
Y no digo que yo ya lo he alcanzado, pero estoy aprendiendo. Al menos ya no estoy en blanco y ya sé cómo reaccionar ante las situaciones en las que mi marido nos mete. Y esto comenzó desde que eramos novios. Mi prometido renuncia a su trabajo dos meses antes de nuestra boda y utiliza su finiquito para comprar una máquina exprimidora de naranjas, unos cuantos kilos de fruta y diseñar el logo de la empresa para empezar a vender jugos naturales. Ahí estaba mi futuro y esa primer prueba que Dios me puso, la cual mega reprobé pero con -50. Recuerdo la emoción con la que vino a contarme la idea y yo se la deshice y la tiré a la basura en menos de 5 minutos. Ahora pienso, ¿y quién era yo para decidir? era válido dar consejo, pero no dar el sí o el no.
Después como esposos seguían las pruebas, ¡mis pruebas! ya que cada vez que venía él a mi con una idea nueva no les miento la angustia que sentía dentro de mi, ya que según yo ya nos estábamos estabilizando, siguiendo una línea, persiguiendo una idea de tal manera y después o Dios le hablaba a mi marido y le cambiaba la dirección, o se la cambiaba él sólo y para mi era empezar otra vez. Entonces, en lo que estábamos trabajando la semana pasada ¿ya no? y ese material que habías comprado para re modelar la camioneta, ahora la vas a utilizar para… ¿qué?… ¿para tumbar los protectores, abrir la ventana y hacer un local en la casa? ¿y mañana ya van los albañiles para allá a trabajar? y las historias siguen y siguen. Cabe mencionar que yo estaba practicando este deporte peligroso al mismo tiempo que tenía las hormonas al mil por hora ya que en muchas de estas situaciones yo ya estaba embarazada. Entonces, era con un grado de complejidad mas alto.
 
La clave está en ver a Dios detrás de nuestros esposos. Listo para cubrir las debilidades y deficiencias que los acompañan. Si no lo hacemos, si no vemos a Dios detrás de todo esto, nuestro desenlace es la rebelión. Por eso Pedro menciona que el secreto de la sumisión de las mujeres a sus maridos es su confianza, no en su marido, sino en Dios:
 
Así es como lucían hermosas las santas mujeres de la antigüedad. Ellas ponían su confianza en Dios y aceptaban la autoridad de sus maridos. Por ejemplo, Sara obedecía a su esposo, Abraham, y lo llamaba «señor». Ustedes son sus hijas cuando hacen lo correcto sin temor a lo que sus esposos pudieran hacer. (1Pe3.5-6)
Primero “pones tu confianza en Dios” lo cual traerá como consecuencia “aceptar la autoridad de tu marido“, ya que no podrás aceptar la autoridad de tu marido con contentamiento y sin angustia si no pones primero tu confianza en Dios. Y cuando habla de que somos hijas cuando “hacemos lo correcto” no se refiere solamente a portarnos bien, si no muy particularmente en este caso se trata de obedecer “sin temor a lo que sus esposos pudieran hacer”. Una ya confía y obedece a pesar de todas las decisiones aparentemente tontas o locas que pueden tomar.
 
Dios ha sido muy claro en la instrucción para nosotras de “sométanse a sus maridos”, y cuando la acatamos estamos dentro de la voluntad de Dios. Esto es de suma importancia porque es solo dentro de Su voluntad donde donde está Su protección, Su provisión y todo lo que El quiere para nosotras. Pero esto requiere fe, no en el hombre, sino en Dios.
 
Hay una cosa muy clara. Dios NUNCA va a ordenar cosas que contradicen Su Palabra ni sus principios, de ahí la importancia de nosotras conocer bien las Escrituras. Pero lo que si puede haber, son decisiones de nuestros maridos que a nuestros ojos parecerán descabelladas. Ahí es donde debemos de someternos a su autoridad y poner nuestra confianza en Dios —no sin antes haber ofrecido su consejo, opinión y razonamientos (para que el esposo tome una decisión informada), ya que eso sí es válido.
La casa y el dinero se heredan de los padres, pero la esposa inteligente es un don del Señor. (Pr19.14) ¿Para qué quiere una esposa inteligente si no va a hacer uso de su sabiduría?
¿Qué NO hacer? y sus consecuencias
 
Imaginemos a Sara tomando las siguientes decisiones, o reaccionando de la siguiente manera —”Señor, ya tuve suficiente con este hombre. Sigue puros sueños que no se concretan y sus decisiones ponen en riesgo mi bienestar y el de mi familia. Yo sé que quieres lo mejor para mi y esto no es lo mejor, definitivamente me voy a separar de él.” A mi me pone a pensar:
  1. ¿Qué le hubiera pasado a Sarah? Porque sabemos que Dios disciplina
  2. ¿Hubiera estado dentro de la voluntad de Dios?
  3. Y si en vez de separarse, hubiera manipulado a Abraham para que hiciera lo que ella CREÍA que era lo mejor.
  4. O hubiera puesto en marcha un matriarcado de su parte tomando el mando de la familia haciendo lo que ella creía que era lo mejor en plena rebeldía. Creyendo que Dios la iba a comprender ya que las decisiones de su marido no estaban bien y definitivamente Dios no quiere que sea sometida a un mal liderazgo
 ¿Cómo hubiera reaccionado Dios con Sarah en ese caso? Creo que podemos verlo con el ejemplo de Séfora. Recordemos que no se sometió al liderazgo de su esposo cuando decidió no circuncidar a sus hijos en desobediencia a Moisés (Ex4.24-26). Para empezar, Moisés casi muere ¡a manos del mismísimo Dios! A parte que en Nm12.1 Moisés, antes de que Dios condenara a Israel a deambular por el desierto por 40 años, ya se estaba casando con una negrita (cusita, egipcia), lo cual indica que Sefora murió a los cuantos meses después del suceso de Ex4. Esto nos recuerda la disciplina que Dios ejerce sobre los suyos (1Co11.30)
 
¡Ánimo!
  • No eres la única, no estas sola, no es tu esposo el único loco aventurero tomando decisiones “a la ligera”, así que otras entendemos tus luchas.
  • Esposos: ¡OREN POR SUS ESPOSAS!
    • Espero que esta predica les haya ayudado un poco en entender que es difícil estar en nuestro lugar (que su lugar como varones sabemos tiene también su grado de dificultad)
  • Veamos a estas preciosas mujeres de la Biblia y encontremos en ellas un ejemplo a seguir.
  • Nuestra confianza está en Dios, quien es infalible, soberano, Todopoderoso, bondadoso, etc. Vemos ejemplos en la Biblia, y no dudo que también en testimonios de mujeres actuales, cómo Él cubrió las debilidades de los esposos, entrando al quite para protegerlas a ellas y a sus familias. Así también lo seguirá haciendo contigo y conmigo SIEMPRE Y CUANDO te sometas a su autoridad a través del varón que Él te dió.
A los hombres
 
Tampoco la tienen fácil, lo sabemos. Lo que sí esperamos es que cada decisión que tomen, lo hagan con temor y temblor esperando que sea la voluntad de Dios, por favor ¡asegúrense que así sea!. E igual ustedes, o ponen su confianza en ustedes mismos y sus capacidades o en Dios, quien los toma de la mano para guiarlos a la mejor opción.
 
     Fíate de Jehová de todo tu corazón,  Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos,  Y él enderezará tus veredas. (Pr3.5-6)
A las solteras

Tomen esto como una advertencia sobre lo que se van a encontrar en su vida de matrimonio. Empiecen a desarrollar la fe y aprendan a ve a Dios detrás de las circunstancias.
 

A las que ya no están bajo la autoridad del esposo

Aquí tienen este material con el cual se pueden apoyar para aconsejar a las jóvenes que estén pasando por esta situación. 

Y para su día a día, ahora son ustedes las que DEBEN de buscar la dirección de Dios. Ya no hay alguien que se meta a orar y ayunar por ustedes, alguien que tenga la responsabilidad de escuchar la voz del Señor. Y recuerden que probablemente les de mandatos que les pudieran parecer locos o descabellados, pero igual obedezcan. Él es el esposo al que se deben de sujetar.

Emily Scarleth Caldera Villarreal