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Fracaso… algo inherente en su creación
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Dios: incluyó en su proyecto dos variables fuera de tu control
El fracaso siempre es una posibilidad cuando en tus proyectos se incluye alguna variable que están fuera de tu control. Y así sucedió con Dios: en su soberanía puso fuera de su control una variable que podría ocasionar el fracaso de su proyecto:
- Voluntad del hombre
- Dios el Señor tomó al hombre y lo puso en el jardín del Edén para que lo cultivara y lo cuidara, 16 y le dio este mandato: «Puedes comer de todos los árboles del jardín, 17 pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no deberás comer. El día que de él comas, ciertamente morirás»… ¿Acaso has comido del fruto del árbol que yo te prohibí comer? 12 Él respondió: —La mujer que me diste por compañera me dio de ese fruto, y yo lo comí. (Gn.2:15-17, 3:11-12)
- Voluntad de los ángeles
- Dios no perdonó a los ángeles cuando pecaron, sino que los arrojó al abismo, metiéndolos en tenebrosas cavernas y reservándolos para el juicio. (2Pe.2:3-4)
- Notas aclaratorias
- Esto sucedió antes de la caída
La posibilidad de fracaso inherente en un mundo perfecto sin pecado. Hay un fracaso por rebelión (por pecado) y hay fracasos que son por falta de habilidad, conocimiento u otros factores no pecaminosos. El fracaso por causa del pecado tiene su tiempo y su lugar: su tiempo es en este tiempo de gracia. Llegando la perfección, no más habrá fracaso por causa del pecado, lo habrá por otras causas, más no más por el pecado. - Dios utiliza la voluntad del hombre
Como vimos en el tema de la predestinación (mente renovada) y en el tema de libre albeldrío (El ser humano): el hecho de que Dios utilice las elecciones que tome el ser humano en su libre albedrio, no significa que Dios controle la voluntad del hombre, aunque pudiera dar esa impresión. La omnisciencia de Dios le permite sacar ventaja de las decisiones que el hombre toma en libertad.
- Esto sucedió antes de la caída
- Voluntad del hombre
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El hombre: muchas variables fuera de su control
- Lo que no conoce
(por más que estudies, siempre habrá algo de ignorancia en tu vida)- Si alguno cree saber algo, todavía no lo sabe como se debe saber; (1Co.8:2)
- ¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos. (Sal.19:12)
- ¿Cuántas cosas estás haciendo mal sin darte cuenta?
- Descuidos, errores y accidentes
- De pronto, al cortar un tronco, a uno de los profetas se le zafó el hacha y se le cayó al río. —¡Ay, maestro! —gritó—. ¡Esa hacha no era mía! 6 —¿Dónde cayó? —preguntó el hombre de Dios. Cuando se le indicó el lugar, Eliseo cortó un palo y, echándolo allí, hizo que el hacha saliera a flote. 7 —Sácala —ordenó Eliseo. Así que el hombre extendió el brazo y la sacó. (2Re.6:5-7)
- Su falta de habilidad, pericia o experiencia
- [Proverbios de Salomón] para infundir sagacidad en los inexpertos, conocimiento y discreción en los jóvenes. (Pr.1:4)
- ¡su descarrío e inexperiencia los destruirán, su complacencia y necedad los aniquilarán! (Pr.1:32)
- Voluntad del prójimo
- En cuanto al hermano Apolos, le insistí mucho que fuera a visitarlos junto con otros hermanos, pero esta vez no hubo manera de convencerlo (1Co.16:12)
- Voluntad de Dios
- Ahora escuchen esto, ustedes que dicen: «Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad, pasaremos allí un año, haremos negocios y ganaremos dinero». 14 ¡Y eso que ni siquiera saben qué sucederá mañana! ¿Qué es su vida? Ustedes son como la niebla, que aparece por un momento y luego se desvanece. 15 Más bien, debieran decir: «Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello». (Stg.4:13-15)
- Si el Señor no construye la casa, el trabajo de los constructores es una pérdida de tiempo. Si el Señor no protege la ciudad, protegerla con guardias no sirve para nada. 2 Es inútil que te esfuerces tanto, desde temprano en la mañana hasta tarde en la noche, y te preocupes por conseguir alimento; porque Dios da descanso a sus amados. (Sal.127:1-2)
- El hombre propone y Dios dispone. (Pr.16:1)
- Dios controla variables como: el clima, la naturaleza, la salud, la vida, las circunstancias, y el funcionamiento general de su creación
- yo les enviaré lluvia a su tiempo, y la tierra y los árboles del campo darán sus frutos (Lc.26:4)
- «¿Y quién le dio la boca al hombre? ¿O quién hizo al mudo y al sordo, o al que ve y al que no ve? ¿Acaso no soy yo el Señor? (Ex.4:11)
- Voluntad del Enemigo
- Entonces dijo: «No tengas miedo, Daniel. Desde el primer día que comenzaste a orar para recibir entendimiento y a humillarte delante de tu Dios, tu petición fue escuchada en el cielo. He venido en respuesta a tu oración; 13 pero durante veintiún días el espíritu príncipe del reino de Persia me impidió el paso. Entonces vino a ayudarme Miguel, uno de los arcángeles, y lo dejé allí con el espíritu príncipe del reino de Persia. (Dn.10:12-13)
- Por lo tanto, quisimos ir a verlos, y yo mismo lo intenté varias veces, pero Satanás nos lo impidió. (1Ts.2:18)
- Las circunstancias
- Que es el resultado de la combinación de factores como la voluntad y las obras del prójimo, de Dios y del enemigo. Puede ser que las circunstancias sean adversas porque, gracias al operar del enemigo, la maldad de la gente haya aumentado y esto haya desatado el juicio de Dios sobre la nación.
- Lo que no conoce
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Mitigando el riesgo al fracaso
- Por eso se nos enseña que el riesgo siempre está presente:
- Observé algo más bajo el sol. El corredor más veloz no siempre gana la carrera y el guerrero más fuerte no siempre gana la batalla. Los sabios a veces pasan hambre, los habilidosos no necesariamente son ricos, y los bien instruidos no siempre tienen éxito en la vida. Todo depende de la suerte, de estar en el lugar correcto en el momento oportuno. (Ec.9:11)
- Somos muy ingénuos al pensar que porque algo es de Dios el riesgo va a desaparecer.
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y Se nos enseña a mitigar dicho riesgo
No a eliminarlo, pero sí a disminuirlo al mínimo.
- Estudiando (Jos.1:9)
- Buscando consejo (Pr.24:6; 15:22)
- Haciendo buena planeación (Pr.21:5; Lc.14:28-32)
- Teniendo plan de contingencia —seguros, respaldos, medidas de seguridad etc. (Pr.20:16; 11:5; 1Re.20:39-42; Pr.14:16; 22:3; 27:12)
- Diversificando (Ec.11:2,6)
- Supervisando (Gn.38:12; 41:34; 1Re.9:23)
- Creando contratos, haciendo convenios por escrito —para amarrar la voluntad del prójimo (Jer.32:8-12; Rut.4:7)
- Orando a Dios por tus planes (Pr.16:3)
- Orando por protección del enemigo (Mt.6:13)
- Contratando expertos, peritos o talentosos (Gn.39:8,23)
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Pero no se podrá eliminar
- Noviazgos que comienzan con mucha ilusión con la esperanza de casarse… pero que terminan rompiendo la relación
- Matrimonios que comenzaron con grandes ilusiones (aún con Dios confirmando la relación ) y que terminan en divorcio… o que sufren el golpe de una infidelidad
- Esposos que esperaban con mucho anhelo a sus hijos con la ilusión de criar personas que sirvan a Dios y que terminan con hijos apartados de la fe… o que no más no pueden tener hijos
- Buenos amigos que se vuelven tus socios en un negocio que terminan traicionándote y defraudándote.
- Negocio que emprendes invirtiendo tus ahorros, tu tiempo, sacrificando familia, descanso, relaciones… y que termina quebrando
- Tu asistencia a una iglesia con hermanos y pastores que se te hacen lo mejor que hay… pero que terminan hiriéndote, o estafándote, corriéndote o apartándose de la doctrina.
- Ministerio que comienzas (una célula, evangelismo, una iglesia, etc.) y… no se presenta nadie, o no se convierte nadie.
- Por eso se nos enseña que el riesgo siempre está presente:
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Se nos prepara para todo… menos para abordar el fracaso
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Muchos escarmientan y no vuelven
- Por ello muchos no quieren casarse on no vuelven a casarse (mal sabor del divorcio de sus padres o de ellos)
- Algunos en sus malas experiencias con el sexo opuesto terminan abandonando la heterosexualidad
- Otros, no vuelven a asociarse con nadie o no vuelven a emprender ningún otro negocio
- Otros dejan de asistir en la iglesia por las malas experiencias
- Otros ya no vuelven a empezar algún ministerio.
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Es que el fracaso duele
La muerte de una ilusión duele. Las consecuencias negativas que eso trae, duele. El sentido de falta de éxito, de haber trabajado en vano, del desperdicio de tiempo y recursos (mala inversión), duele.
- Ya cerca de la ciudad, Jesús lloró al verla, 42 y dijo: «¡Ah, si por lo menos hoy pudieras saber lo que te puede traer paz! Pero eso ahora está oculto a tus ojos. 43 Porque van a venir sobre ti días, cuando tus enemigos levantarán un cerco a tu alrededor, y te sitiarán. 44 Y te destruirán por completo, a ti y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, por cuanto no te diste cuenta del momento en que Dios vino a visitarte.» (Lc.19:41-44)
- Él me dijo: «Israel, tú eres mi siervo y me traerás gloria». 4 Yo respondí: «¡Pero mi labor parece tan inútil! He gastado mis fuerzas en vano, y sin ningún propósito. (Is.49:3-4)
- Jesús fue muy honesto cuando nos advirtió que en este mundo tendríamos aflicción (Jn.16:33)
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El fracaso sin consuelo te deja estancado en él
Te deja una generalización negativa (un juicio, una enseñanza) que se convierte en tu destino.
- Concluyen: “El matrimonio no funciona… no me voy a casar”.
- Concluyen: “El negocio no funciona… no lo voy a cerrar y no volveré a intentar”
- Concluyen: “en la iglesia hay pura gente hipócrita que te apuñala por la espalda… no vuelvo a ir”
- Concluyen: “Mi relación con el sexo opuesto nomás no funciona… mejor me fijo en los de mi mismo sexo”
- Concluyen: “Los invitas y siempre te dejan solo… mejor no vuelvo a intentar”
- “no ya no vuelvo, ya escarmenté”. “A otros les funciona, pero a mi no”
- Encuentran en el fracaso una razón para no volver a intentar.
- Los corazones se endurecen, se cierran… y están todos temerosos.
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Para salir del fracaso
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El fracaso requiere el consuelo de Dios para sacarte de él
Con el consuelo de Dios, el consuelo se convierte en una parada, no en tu destino
- Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, 4 el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones (2Co.1:3-4)
- Yo respondí: «¡Pero mi labor parece tan inútil! He gastado mis fuerzas en vano, y sin ningún propósito. No obstante, lo dejo todo en manos del Señor; confiaré en que Dios me recompense». 5 Y ahora habla el Señor, el que me formó en el seno de mi madre para que fuera su siervo, el que me encomendó que le trajera a Israel de regreso. El Señor me ha honrado y mi Dios me ha dado fuerzas. 6 Él dice: «Harás algo más que devolverme al pueblo de Israel. Yo te haré luz para los gentiles, y llevarás mi salvación a los confines de la tierra». 7 El Señor, el Redentor y Santo de Israel, le dice al que es despreciado y rechazado por las naciones, al que es el siervo de los gobernantes: «Los reyes se pondrán en posición de firmes cuando tú pases. Los príncipes se inclinarán hasta el suelo por causa del Señor, el fiel, el Santo de Israel, que te ha escogido». (Is.49:4-7)
- El consuelo de Dios no es un positivismo ilusorio que te dice que no hay cosas malas, fracasos o metidas de pata. No, no niega eso, pero no deja que te enfrascado en eso, sino que te abre los ojos a la posibilidad de obtener lo bueno, te enseña que es factible, que dicha posibilidad vale la pena el riesgo, y te dice qué correcciones hay que hacer para que eso suceda.
- Dios te desenfrasca al enseñarte los casos de éxitos: matrimonios que si funcionan, los hijos que no se desvían, los negocios que sí prosperan, los ministerios que sí permanecen.
- Dios te saca de esa expectativa negativa al darte continuas dosis de lo contrario (aceptación, amor, éxito) que hace que tu actitud cambie.
- Dios te saca de esa mala experiencia dándote una dosis sobrenatural de fe: dándote una convicción sobrenatural de que es posible (aunque no haya referencia alguna en la que puedas apoyarte).
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El fracaso requiere ser capitalizado para que se pueda revertir
- No basta el cambio de actitud
No basta con que tengas la expectativa positiva y los ánimos recuperados para volver a intentar. - Tienes que capitalizar el fracaso
Tienes que capitalizar el fracaso, de lo contrario, aunque haya pasado la experiencia, seguirás estancado en el mismo punto de fracaso: tu mente, tu conocimiento, tu experiencia, sigue en la misma condición que produjeron el fracaso y no han cambiado para salir de él. En este punto, si tienes ánimo por el consuelo, solo serás un fracasado muy animado. - El fracaso otorga aprendizaje
Cada fracaso es un salón de clases que te enseña que sí tienes que hacer o dejar de hacer para tener éxito. Para capitalizarlo: - Esto requiere meditación y análisis de la experiencia:
qué cosas hiciste mal que te llevaron a él y/o que cosas no hiciste para que terminar así. - También se requiere estudio, capacitación:
Taller de finanzas, taller de matrimonio, taller de padres sabios, taller de multiplicación, etc. - Puede requerir un cambio de estrategia o de rumbo (pero vuelves a intentar)
Él dice: «Harás algo más que devolverme al pueblo de Israel. Yo te haré luz para los gentiles, y llevarás mi salvación a los confines de la tierra». (Is.49:6) - Cuando el fracaso se capitaliza y se vence, se convierte en un elemento que te añade valor:
te da experiencia, te hace más sabio, refina tu motivación, te exhibe ante Dios como una persona valiente, virtuosa y paciente.
- No basta el cambio de actitud
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El camino al éxito está tapizado por multitud de fracasos
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Dios quiere que corras riesgos junto con él.
Esto es crucial porque Dios sigue corriendo riesgos y si te unes a sus planes tendrás que aprender a afrontar el riesgo al fracaso junto con el y tendrás que aprender a recuperarte del fracaso para que le puedas seguir el paso.
- Dijo Jehová a Samuel: ¿Hasta cuándo llorarás a Saúl, habiéndolo yo desechado para que no reine sobre Israel? Llena tu cuerno de aceite, y ven, te enviaré a Isaí de Belén, porque de sus hijos me he provisto de rey. (1Sa.16:1)
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Tu fruto depende de la persistencia
El no saber lidiar con el fracaso te lleva a dejar de persistir, a tirar la toalla y todo buen fruto en tu vida no se logra de la noche a la mañana sino que va a requerir que aprendas a reponerte de las caídas, los tropiezos, los fracasos.
- Pero la parte que cayó en buen terreno son los que oyen la palabra con corazón noble y bueno, y la retienen; y, como perseveran, producen una buena cosecha. (Lc.8:15)
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Hay un fracaso letal que no te debes dar la oportunidad de tener: la eternidad de tu alma.
- Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados; 16 no sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura. 17 Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas. (He.12:15)
- Cuidémonos, por tanto, no sea que, aunque la promesa de entrar en su reposo sigue vigente, alguno de ustedes parezca quedarse atrás. (He.4:1)
- Por eso a los que llegan al final se les llama: Vencedores (Ap.2:7,11,14,17,26; 3:5,12,21), y a los que permanecen firmes en su amor, más que vencedores (Ro.8:37-39)
- *Este fracaso viene cuando dejas de levantarte en las caídas que afrontas en tu relación con Dios.