Youtube: https://youtu.be/-ZmK6s1jLvI |
-
La História de Navidad
- 5 En tiempos de Herodes, rey de Judea, hubo un sacerdote llamado Zacarías, miembro del grupo de Abías. Su esposa Elisabet también era descendiente de Aarón. 6 Ambos eran rectos e intachables delante de Dios; obedecían todos los mandamientos y preceptos del Señor. 7 Pero no tenían hijos, porque Elisabet era estéril; y los dos eran de edad avanzada. 8 Un día en que Zacarías, por haber llegado el turno de su grupo, oficiaba como sacerdote delante de Dios, 9 le tocó en suerte, según la costumbre del sacerdocio, entrar en el santuario del Señor para quemar incienso. 10 Cuando llegó la hora de ofrecer el incienso, la multitud reunida afuera estaba orando. 11 En esto un ángel del Señor se le apareció a Zacarías a la derecha del altar del incienso. 12 Al verlo, Zacarías se asustó, y el temor se apoderó de él. 13 El ángel le dijo:
―No tengas miedo, Zacarías, pues ha sido escuchada tu oración. Tu esposa Elisabet te dará un hijo, y le pondrás por nombre Juan. 14 Tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán por su nacimiento, 15 porque él será un gran hombre delante del Señor. Jamás tomará vino ni licor, y será lleno del Espíritu Santo aun desde su nacimiento. 16 Hará que muchos israelitas se vuelvan al Señor su Dios. 17 Él irá primero, delante del Señor, con el espíritu y el poder de Elías, para reconciliar a los padres con los hijos y guiar a los desobedientes a la sabiduría de los justos. De este modo preparará un pueblo bien dispuesto para recibir al Señor.
18 ―¿Cómo podré estar seguro de esto? —preguntó Zacarías al ángel—. Ya soy anciano y mi esposa también es de edad avanzada. 19 ―Yo soy Gabriel y estoy a las órdenes de Dios —le contestó el ángel—. He sido enviado para hablar contigo y darte estas buenas noticias. 20 Pero, como no creíste en mis palabras, las cuales se cumplirán a su debido tiempo, te vas a quedar mudo. No podrás hablar hasta el día en que todo esto suceda. 21 Mientras tanto, el pueblo estaba esperando a Zacarías y les extrañaba que se demorara tanto en el santuario. 22 Cuando por fin salió, no podía hablarles, así que se dieron cuenta de que allí había tenido una visión. Se podía comunicar solo por señas, pues seguía mudo. 23 Cuando terminaron los días de su servicio, regresó a su casa. 24 Poco después, su esposa Elisabet quedó encinta y se mantuvo recluida por cinco meses. 25 «Esto —decía ella— es obra del Señor, que ahora ha mostrado su bondad al quitarme la vergüenza que yo tenía ante los demás».Anuncio del nacimiento de Jesús
26 A los seis meses, Dios envió al ángel Gabriel a Nazaret, pueblo de Galilea, 27 a visitar a una joven virgen desposada con un hombre que se llamaba José, descendiente de David. La virgen se llamaba María. 28 El ángel se acercó a ella y le dijo:
―¡Te saludo, tú que has recibido el favor de Dios! El Señor está contigo. 29 Ante estas palabras, María se perturbó, y se preguntaba qué podría significar este saludo. 30 ―No tengas miedo, María; Dios te ha concedido su favor —le dijo el ángel—. 31 Quedarás encinta y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. 32 Él será un gran hombre, y lo llamarán Hijo del Altísimo. Dios el Señor le dará el trono de su padre David, 33 y reinará sobre el pueblo de Jacob para siempre. Su reinado no tendrá fin. 34 ―¿Cómo podrá suceder esto —le preguntó María al ángel—, puesto que soy virgen? 35 ―El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Así que al santo niño que va a nacer lo llamarán Hijo de Dios. 36 También tu parienta Elisabet va a tener un hijo en su vejez; de hecho, la que decían que era estéril ya está en el sexto mes de embarazo. 37 Porque para Dios no hay nada imposible. 38 ―Aquí tienes a la sierva del Señor —contestó María—. Que él haga conmigo como me has dicho. Con esto, el ángel la dejó.
María visita a Elisabet
39 A los pocos días María emprendió viaje y se fue de prisa a un pueblo en la región montañosa de Judea. 40 Al llegar, entró en casa de Zacarías y saludó a Elisabet. 41 Tan pronto como Elisabet oyó el saludo de María, la criatura saltó en su vientre. Entonces Elisabet, llena del Espíritu Santo, 42 exclamó:
―¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el hijo que darás a luz! 43 Pero ¿cómo es esto, que la madre de mi Señor venga a verme? 44 Te digo que tan pronto como llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de alegría la criatura que llevo en el vientre. 45 ¡Dichosa tú que has creído, porque lo que el Señor te ha dicho se cumplirá!El cántico de María
46 Entonces dijo María:
―Mi alma glorifica al Señor,
47 y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador,
48 porque se ha dignado fijarse en su humilde sierva.
Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones,
49 porque el Poderoso ha hecho grandes cosas por mí.
¡Santo es su nombre!
50 De generación en generación
se extiende su misericordia a los que le temen.
51 Hizo proezas con su brazo;
desbarató las intrigas de los soberbios.
52 De sus tronos derrocó a los poderosos,
mientras que ha exaltado a los humildes.
53 A los hambrientos los colmó de bienes,
y a los ricos los despidió con las manos vacías.
54-55 Acudió en ayuda de su siervo Israel
y, cumpliendo su promesa a nuestros padres,
mostró su misericordia a Abraham
y a su descendencia para siempre.
56 María se quedó con Elisabet unos tres meses y luego regresó a su casa. (Lucas 1)
Nacimiento de Jesús
Por aquellos días Augusto César decretó que se levantara un censo en todo el imperio romano. 2 (Este primer censo se efectuó cuando Cirenio gobernaba en Siria). 3 Así que iban todos a inscribirse, cada cual a su propio pueblo.
4 También José, que era descendiente del rey David, subió de Nazaret, ciudad de Galilea, a Judea. Fue a Belén, la Ciudad de David, 5 para inscribirse junto con María su esposa. Ella se encontraba encinta 6 y, mientras estaban allí, se le cumplió el tiempo. 7 Así que dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en la posada.Los pastores y los ángeles
8 En esa misma región había unos pastores que pasaban la noche en el campo, turnándose para cuidar sus rebaños. 9 Sucedió que un ángel del Señor se les apareció. La gloria del Señor los envolvió en su luz, y se llenaron de temor. 10 Pero el ángel les dijo: «No tengan miedo. Miren que les traigo buenas noticias que serán motivo de mucha alegría para todo el pueblo. 11 Hoy les ha nacido en la Ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor. 12 Esto les servirá de señal: Encontrarán a un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre». 13 De repente apareció una multitud de ángeles del cielo, que alababan a Dios y decían: 14 «Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad». 15 Cuando los ángeles se fueron al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: «Vamos a Belén, a ver esto que ha pasado y que el Señor nos ha dado a conocer». 16 Así que fueron de prisa y encontraron a María y a José, y al niño que estaba acostado en el pesebre. 17 Cuando vieron al niño, contaron lo que les habían dicho acerca de él, 18 y cuantos lo oyeron se asombraron de lo que los pastores decían. 19 María, por su parte, guardaba todas estas cosas en su corazón y meditaba acerca de ellas. 20 Los pastores regresaron glorificando y alabando a Dios por lo que habían visto y oído, pues todo sucedió tal como se les había dicho.Presentación de Jesús en el templo
21 Cuando se cumplieron los ocho días y fueron a circuncidarlo, lo llamaron Jesús, nombre que el ángel le había puesto antes de que fuera concebido. 22 Así mismo, cuando se cumplió el tiempo en que, según la ley de Moisés, ellos debían purificarse, José y María llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor. 23 Así cumplieron con lo que en la ley del Señor está escrito: «Todo varón primogénito será consagrado al Señor». 24 También ofrecieron un sacrificio conforme a lo que la ley del Señor dice: «un par de tórtolas o dos pichones de paloma». 25 Ahora bien, en Jerusalén había un hombre llamado Simeón, que era justo y devoto, y aguardaba con esperanza la redención de Israel. El Espíritu Santo estaba con él 26 y le había revelado que no moriría sin antes ver al Cristo del Señor. 27 Movido por el Espíritu, fue al templo. Cuando al niño Jesús lo llevaron sus padres para cumplir con la costumbre establecida por la ley, 28 Simeón lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios:
29 «Según tu palabra, Soberano Señor,
ya puedes despedir a tu siervo en paz.
30 Porque han visto mis ojos tu salvación,
31 que has preparado a la vista de todos los pueblos:
32 luz que ilumina a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel».
33 El padre y la madre del niño se quedaron maravillados por lo que se decía de él. 34 Simeón les dio su bendición y le dijo a María, la madre de Jesús: «Este niño está destinado a causar la caída y el levantamiento de muchos en Israel, y a crear mucha oposición,35 a fin de que se manifiesten las intenciones de muchos corazones. En cuanto a ti, una espada te atravesará el alma».
36 Había también una profetisa, Ana, hija de Penuel, de la tribu de Aser. Era muy anciana; casada de joven, había vivido con su esposo siete años, 37 y luego permaneció viuda hasta la edad de ochenta y cuatro.[i] Nunca salía del templo, sino que día y noche adoraba a Dios con ayunos y oraciones. 38 Llegando en ese mismo momento, Ana dio gracias a Dios y comenzó a hablar del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.
39 Después de haber cumplido con todo lo que exigía la ley del Señor, José y María regresaron a Galilea, a su propio pueblo de Nazaret. 40 El niño crecía y se fortalecía; progresaba en sabiduría, y la gracia de Dios lo acompañaba. (Lucas 2:1-39)
Visita de los sabios
Después de que Jesús nació en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes, llegaron a Jerusalén unos sabios procedentes del Oriente.
2 ―¿Dónde está el que ha nacido rey de los judíos? —preguntaron—. Vimos levantarse su estrella y hemos venido a adorarlo.
3 Cuando lo oyó el rey Herodes, se turbó, y toda Jerusalén con él. 4 Así que convocó de entre el pueblo a todos los jefes de los sacerdotes y maestros de la ley, y les preguntó dónde había de nacer el Cristo.
5 ―En Belén de Judea —le respondieron—, porque esto es lo que ha escrito el profeta:
6 »“Pero tú, Belén, en la tierra de Judá, de ninguna manera eres la menor entre los principales de Judá; porque de ti saldrá un príncipe que será el pastor de mi pueblo Israel”». 7 Luego Herodes llamó en secreto a los sabios y se enteró por ellos del tiempo exacto en que había aparecido la estrella. 8 Los envió a Belén y les dijo:
―Vayan e infórmense bien de ese niño y, tan pronto como lo encuentren, avísenme para que yo también vaya y lo adore.
9 Después de oír al rey, siguieron su camino, y sucedió que la estrella que habían visto levantarse iba delante de ellos hasta que se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño. 10 Al ver la estrella, se llenaron de alegría. 11 Cuando llegaron a la casa, vieron al niño con María, su madre; y postrándose lo adoraron. Abrieron sus cofres y le presentaron como regalos oro, incienso y mirra. 12 Entonces, advertidos en sueños de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.
La huida a Egipto
13 Cuando ya se habían ido, un ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo». 14 Así que se levantó cuando todavía era de noche, tomó al niño y a su madre, y partió para Egipto, 15 donde permaneció hasta la muerte de Herodes. De este modo se cumplió lo que el Señor había dicho por medio del profeta: «De Egipto llamé a mi hijo». 16 Cuando Herodes se dio cuenta de que los sabios se habían burlado de él, se enfureció y mandó matar a todos los niños menores de dos años en Belén y en sus alrededores, de acuerdo con el tiempo que había averiguado de los sabios. 17 Entonces se cumplió lo dicho por el profeta Jeremías:
18 «Se oye un grito en Ramá, llanto y gran lamentación; es Raquel, que llora por sus hijos y no quiere ser consolada;¡sus hijos ya no existen!»El regreso a Nazaret
19 Después de que murió Herodes, un ángel del Señor se le apareció en sueños a José en Egipto 20 y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, y vete a la tierra de Israel, que ya murieron los que amenazaban con quitarle la vida al niño». (Mateo 1:1-12) - El folklor en el que la hemos vuelto: las pastorelas, la acostada y la levantada del niño… y hemos perdido de vista lo que Dios quiere enseñarnos
Moraleja: la enseñanza que puedas obtener de una historia, de un acontecimiento.
- 5 En tiempos de Herodes, rey de Judea, hubo un sacerdote llamado Zacarías, miembro del grupo de Abías. Su esposa Elisabet también era descendiente de Aarón. 6 Ambos eran rectos e intachables delante de Dios; obedecían todos los mandamientos y preceptos del Señor. 7 Pero no tenían hijos, porque Elisabet era estéril; y los dos eran de edad avanzada. 8 Un día en que Zacarías, por haber llegado el turno de su grupo, oficiaba como sacerdote delante de Dios, 9 le tocó en suerte, según la costumbre del sacerdocio, entrar en el santuario del Señor para quemar incienso. 10 Cuando llegó la hora de ofrecer el incienso, la multitud reunida afuera estaba orando. 11 En esto un ángel del Señor se le apareció a Zacarías a la derecha del altar del incienso. 12 Al verlo, Zacarías se asustó, y el temor se apoderó de él. 13 El ángel le dijo:
-
Moraleja 1: Nos enseña la fidelidad de Dios a su Palabra y la exactitud de su Profecía
- Contexto: La expectativa del Mesías durante todo el A.T.
- Cumplimiento: Más de 300 profecías cumplidas
- Exactitud: Hasta el cumplimiento en horarios
- Valida la Biblia
- Pendiente: Por cada profecía cumplida, dejó pendiente 8… prepárate.
-
Moraleja 2: Nos enseña la resistencia que el ser humano tiene al Rey
- Problema: Nació para ser Rey
Si hubiera nacido para ser tu amigo, o tu consejero, o un simple maestro, no habría problema… pero vino para Gobernar - Resistencia del Rey Herodes, es la de todo ser humano
- No queremos ceder el gobierno (de nuestra vida)
- Creemos que es esclavitud
- Creemos que sabemos lo que nos hará feliz.
- Creemos que sabemos gobernar nuestra vida.
- Muchos “lo aceptan”… pero lo mandan matar cuando contraría su voluntad (su sueños).
- ¿De que le sirve reinar unos cuantos años? Con Jesus pudiera haber reinado por la eternidad.
- Realidad
- Eres esclavo del pecado.
- Sufres las malas decisiones en tu vida… y el amargo final al que te encaminas sino cambias.
- Las ordenanzas de un Padre a su hijo ignorante, inexperto.
- No sabe lo que es mejor
- No sabe cómo hacer las cosas
- Resultado de una buena crianza:
- Experimentas una verdadera libertad:
- Del pecado
- Para cumplir tu propósito y vivir tu pleno potencial
- Sabes tomar decisiones sabias por ti mismo
- Invitación:
- Jesús va a reinar lo quieras o no… el ya fue hecho Señor de todo.
- O te rindes incondicionalmente a su gobierno y recibe sus bendiciones, o resistelo y sufre el mismo destino de Herodes.
- Problema: Nació para ser Rey
-
Moraleja 3: Nos enseña que Dios resiste lo altivo y lo soberbio de este mundo
Dios resiste a los soberbios (Stg.4:6)
- No invitó a los Fariseos, a los Sacerdotes
- No invitó a los gobernantes de este mundo
- No invitó a la crema y nata de la sociedad.
-
Moraleja 4: Nos enseña que Dios llama a lo débil y lo despreciado de este mundo.
Pero Dios escogió lo ridículo del mundo para avergonzar a los sabios, y escogió lo débil del mundo para avergonzar a los poderosos. También escogió Dios lo más bajo y despreciado, y lo que no es nada, para anular lo que es, a fin de que en su presencia nadie pueda jactarse. (1Co.1:27-28)
- Invitó a unos pobres pastores
- Invitó a unos despreciados gentiles (los magos)
- Invitó a unos débiles viejitos
-
Moraleja 5: Nos enseña que a Dios le interesa más la calidad que la cantidad
No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino. (Lc.12:32)
- No invitó muchedumbres
- El evento más grande de la historia de la humanidad: Petit comité
-
Moraleja 6: Nos enseña que Dios que requieres humillarte (vencer tus prejuicios, tu orgullo) para recibir lo que Dios tiene para ti
De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. (Mt.18:3)
- Un pesebre sucio, maloliente y sin comodiades
- Un grupo de gente despreciable
- Unas cuantas personas
- …pero ahí esconde Dios su más grande y valioso tesoro
-
Moraleja 7: Dios va a desafiar tu sabiduría, tus estereotipos, tus concepciones (He’ll blow your mind)
¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el erudito? ¿Dónde el filósofo de esta época? ¿No ha convertido Dios en locura la sabiduría de este mundo? 21 Ya que Dios, en su sabio designio, dispuso que el mundo no lo conociera mediante la sabiduría humana, tuvo a bien salvar, mediante la locura de la predicación, a los que creen. (1Co.1:20-21)
- Nada en la narrativa navideña encaja en la forma en la que tu harías las cosas.
- No te hará sentido lo que Dios hace… pero tiene sentido que sea así.
- Si quieres entender el operar de Dios en tu vida, tienes que estudiarlo y renovar tu forma de pensar
-
Moraleja 8: Nos enseña el principio del potencial: manda a un bebe para salvar al mundo.
- Un bebe… que salvaría al mundo entero… que se convertiría en el Señor de Todo.
- Unos pescadores sin preparación… en los apóstoles del Señor de todo el Universo
- No importa lo que fuiste ni lo que eres ahora, sino lo que puedes llegar a ser en las manos de Dios.
-
Moraleja 9: Nos enseña que con tus dificultades escribe historias maravillosas que inspiran y lo exaltan
- El riesgo de un viaje en condiciones delicadas
- Sin lugar en la posada.
- Oposición de Herodes.
- Actores despreciables.
- Tus dificultades son el componente esencial en una grandiosa historia que lo exalta… si estás del lado correcto de la historia (si lo amas).
-
Moraleja 10: Esto no es todo… la historia continua
Ahora bien, cuando dice «todas las cosas», significa que nada queda afuera; pero todavía no vemos que todas las cosas sean puestas bajo su autoridad. (He.2:8)
- Nació para ser rey… pero no ha reinado aún
- En esta fase sacrificó e invirtió su vida… difrutará el fruto de su trabajo
- Igual para ti… Esto no es todo… la verdadera vida está por comenzar
Diles que usen su dinero para hacer el bien. Deberían ser ricos en buenas acciones, generosos con los que pasan necesidad y estar siempre dispuestos a compartir con otros. 19 De esa manera, al hacer esto, acumularán su tesoro como un buen fundamento para el futuro, a fin de poder experimentar lo que es la vida verdadera. (1Ti.6:18-19)