La membresía es lo que distingue el “ser iglesia” de “ir a la iglesia”. Nuestro interés es que “seas iglesia”, no solo que la visites. El ser miembro de una iglesia implica privilegios y responsabilidades que la Biblia establece, estos son algunos de ellos:
- Estar de acuerdo con nuestra declaración doctrinal (2Jn.1:10), la filosofía y estrategia de trabajo: tenemos que compartir la misma fe y la misma filosofía y estrategia de trabajo si es que queremos camiar juntos, como dice Amos 3:3: “¿pueden dos caminar juntos sin antes ponerse de acuerdo?”.
- Congregarte (He.10:24-25): con congregarte nos referimos al asistir a alguna de las reuniones de las iglesias en hogares que tenemos y estar bajo el pastoreo del liderazgo de dicha iglesia. La asistencia los domingos a las reuniones multiglesia no la consideramos como “congregarse” porque no se da la dinámica requerida para el pastoreo y el discipulado.
- Empezar un proceso de discipulado (Jn.8:31-32; Mt.28:19-20): Si ya eres cristiano, estamos seguros que ya tienes algún conocimiento, pero nos interesa cerciorarnos que cada miembro tenga los fundamentos que Dios nos ha dado para integrarlos en la vida de todos los miembros.
- Ser pastoreado y pastorear (Gn.4:9; He.10:24; Col.3:16; Ga.6:1-2): el pastoreo que se ofrece es por parte del liderazgo y de los miembros de la congregación. Esto significa que no pasarás desapercibido, sino que se verá por ti, se te llamará para ver como estás, cómo vas en tu caminar con Dios, se te animará a buenas obras, y se te ofrecerá la consejería y la instrucción que necesites para que crezcas en Dios y des fruto para él. Si bien esto recibirás, esperamos también que hagas los mismo con los demás miembros (pastorear sin requerir “titulo”), porque, el ser iglesia, es pertenecer a una comunidad en la que los miembros ven unos por otros y se animan unos a otro para crecer en el Señor.
- Ser cubierto en oración (Ef.6:18): como miembro se orará por ti, la congregación y el liderazgo tomará tus problemáticas como suyas y las llevará delante de Dios para interceder en favor tuyo.
- Apoyo moral y económico (Stg.2:14-16, Hch.6:1-3, 11:27-30, 4:32-36): por ser tu iglesia, somos tu familia espiritual y tenemos la responsabilidad de apoyarte moralmente y económicamente de acuerdo a los lineamientos que la Biblia establece.
- Ser disciplinado (2Co.13:1-6,10; 1Co.5): si empiezas a andar en pecado, no esperes como miembro que vayamos a actuar como si nada sucediera –como si tu alma no tuviera algún valor. Al contrario, te exhortaremos, te reprenderemos, oraremos y ayunaremos por ti, te volveremos a exhortar… y, si no hay reacción de tu parte, llegaremos hasta cortarte la comunión con la iglesia (sin dejar de orar por ti), con la esperanza de que esto te haga caer en cuenta de tu verdadera condición y vuelvas a Dios.
- Que ofrendes (Ro.15:27, 1Co.9:1-18, 2Co.9:1-15): se espera que contribuyas económicamente en la iglesia, por causa de justicia (los obreros que te sirven merecen su salario y hay costos fijos) y por causa de misericordia (hay hermanos y ministerios necesitados que tenemos la obligación moral de ayudar).
- Que aportes con tu don (1Co.12, 14:26, Ro.12:4-8): no solo se espera tu contribución económica, se espera como miembros que edifiques al resto del cuerpo de Cristo con tu don, con tu ministerio, con lo que Dios te ha dado.
- Mediación o arbitraje (1Co.6:1-6; Mt.18:17): en conflictos entre hermanos espera que se nombren de entre la iglesia, mediadores que juzguen el caso y den resolución al conflicto.
- Sometimiento al liderazgo (He.15:24): la membresía implica un sometimiento al liderazgo de la iglesia en los asuntos de organización de la iglesia (actividades, reuniones, etc.). Fuera de esta jurisdicción el liderazgo solo te puede sancionar si se rompe con el código moral claramente establecido en la Biblia, no por “desobedecer” una “orden” suya.
- Que quieras cumplir el propósito de Dios para tu vida (Hch.20:24; Ef.2:10; 4:11-12, ): como congregación nos reunimos para animarnos y edificarnos para vivir vidas productivas que glorifican a Dios (2Tes.3:6-12). Nuestra meta es desarrollar tu liderazgo espiritual para que lleves a cabo esas obras que Dios preparó de antemano para ti (tu ministerio), y te puedas multiplicar espiritualmente, así que debe haber interés o un compromiso de tu parte por realizar aquel propósito por el cual estás vivo.
Para tenerte en nuestro registro de miembros te pedimos nos ayudes llenando el siguiente formulario (para el registro a los talleres sin ser miembro, favor dirígete a la siguiente página>>):